09.05.2013 Views

Katherinne Brevis Arratia - Biblioteca Digital INDH

Katherinne Brevis Arratia - Biblioteca Digital INDH

Katherinne Brevis Arratia - Biblioteca Digital INDH

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

82<br />

CONCURSO. Cuenta tu Tesis en Derechos Humanos<br />

El Obispo de la Diócesis de Los Ángeles, Monseñor Orozimbo Fuenzalida, envió una carta al que fuera Ministro del Interior<br />

del régimen militar, Sergio Fernández Fernández, explicando la gran preocupación e inquietud que existe en la zona por<br />

el problema de los detenidos desaparecidos, adjuntando una lista con 52 casos. Pese a que el ministro se comprometió a<br />

esclarecer las causas, jamás hizo esfuerzo alguno. Ante lo cual Felipe Agüero expresa que “lo que Fernández y su defensa han<br />

intentado hacer es algo impresentable: sostienen que los malos eran los militares y los buenos los civiles (…) El de Pinochet<br />

fue un régimen militar con destacada presencia de civiles” (Agüero, 2005, p. 48). Lo cual es indudable.<br />

Sergio Fernández, molesto por la huelga de hambre de familiares de personas detenidas desaparecidas expresaría: “En<br />

cualquier guerra la gente desaparece y nadie pide ni nadie da explicaciones” (Agüero, 2005, p. 46).<br />

Los casos de violaciones a los derechos humanos configuran una de las historias más estremecedoras ocurridas bajo la<br />

dictadura. La masacre ha adquirido rasgos de leyenda; sin embargo, la cruda realidad se puede constatar pese a que tanta<br />

gente se lo haya cuestionado debido a la prensa que se encargaba de descalificar las denuncias como mentiras del comunismo<br />

internacional por la histórica derrota sufrida en nuestro país. Más aún, un sector significativo de civiles incluso cuando se<br />

conoció el informe Rettig continuó negando la realidad. Como escribe Zipper,<br />

Las mentiras a veces opacan la verdad, a la gente le es muy difícil discernir, cuál es la realidad y cuánto es de esta<br />

la imaginación, al final la atracción del engaño prima sobre la evidencia. El Gobierno y los medios de comunicación<br />

disfrazaban la realidad tratando de establecer lo legítimo en forma tan sofisticada, que quienes trataban de<br />

esclarecer los hechos quedaban atrapados en ese juego de jeroglíficos indescifrables (2006, p. 294).<br />

Sin embargo no hay mal que dure cien años, ni mentiras tampoco. En 1990, el hallazgo de entierros clandestinos en el norte<br />

conmovió profundamente la conciencia de Chile. Así el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal envió un mensaje con<br />

motivo del hallazgo de las sepulturas clandestinas expresando:<br />

La Iglesia, con su autoridad moral en materia de derechos humanos, quiere contribuir a que se acoja la verdad<br />

sin temor. Sólo esa verdad, asumida con humildad y valor puede ayudar a la justicia, a la reparación y a la<br />

reconciliación. Esto permitirá a las personas y a las instituciones enfrentar limpiamente el futuro sin desconocer<br />

su historia.<br />

Hoy, cuando la dura realidad se nos impone, es sano para todos asumir la verdad. Comprendemos que para<br />

muchos era y sigue siendo muy difícil reconocer y aceptar esos hechos. Es hora que dejemos de llamar “presunto”<br />

lo que todos sabemos ser verdad.<br />

En estas circunstancias, por una parte, es necesario pedir que se haga claridad en lo más fundamental y, por otra,<br />

exigir que no se justifique lo injustificable aduciendo que entonces se vivía en una situación de guerra.<br />

Los que más han sufrido han de saber que los hermanos de su patria han reconocido su inmenso dolor y los<br />

acompañamos en su pena. Ellos, con su dolor, pueden sanar a Chile y enseñarnos a todos, con su magnanimidad<br />

y su perdón, que esto no puede repetirse. Jesucristo, el “Servidor Sufriente”, conceda sentido a su pesada cruz y<br />

les sirva de ejemplo y de consuelo (Episcopado de Chile, 1992, p. 181).<br />

Asimismo, el Vicario Cristian Precht es enfático en decir sobre los chilenos y chilenas que aún niegan la existencia de personas<br />

detenidas y desaparecidas que “Nadie en Chile puede hoy día negarlos porque las evidencias son demasiado grandes”<br />

(González, 1987, p. 31).<br />

De esta forma se comienza a sellar una etapa en el tema de los derechos humanos, la de la incredulidad, para entrar a<br />

otra.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!