Presencia del pensamiento acalitense contemporáneo II

cárcel, el mulato sacó una daga y mató a uno de los acompañantes. Ante la
solicitud de auxilio del alcalde, acudieron varios ciudadanos, pero el mulato
escapó y se refugió en la iglesia parroquial de la Asunción. Posteriormente el
mulato Agustín Ortiz pudo consolidar su fuga.
Las causas de la actitud del mulato se describen en un documento que uno
de los vecinos presentó al alcalde Romo de Vivar, en el que se solicitaba el
apresamiento de Ortiz, pues lo acusaba de dar unas cartas en contra del
alcalde mayor, a Nicolás Salado, quien iba a Guadalajara. Esta serie de
infundios, malos entendidos y conflictos eran parte de la vida lugareña de la
época. 37
El año de 1984 lo comienza con otra narración sobre acontecimientos de la
época colonial. Cuenta que, a mediados de 1885, en Aguascalientes había
pleitos entre los alcaldes ordinarios y los regidores contra el alcalde mayor,
porque este último concedió, por omisión, licencia para juegos y diversiones a
los naturales del pueblito de San Marcos, con motivo de las fiestas
tradicionales.
Para frenar las intrigas, el alcalde mayor mandó formar una averiguación
sobre los motivos que hubo para autorizar la realización de esas fiestas. Como
resultado, se encuentra que esos disimulos habían sucedido anteriormente. El
alcalde mayor se declaró enfermo y por eso se realizó la festividad, pero fue
motivo para que los oponentes políticos atacaran a quienes, por omisión,
permitían la celebración de los festejos.
37 Topete del Valle, Alejandro. "Mal alcalde y buen pillo", en Aries, México, Aguascalientes, año VI,
núm. 80, noviembre de 1983, p. 5. También se reproduce en el número 190 de febrero de 1993, p. 10.
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