Presencia del pensamiento acalitense contemporáneo II

del espíritu, dentro de tales instituciones –Academia y Seminario– aunque la
mía haya sido en tono menor, guardadas todas las proporciones, amén de un
trato frecuente que me permitieron valorar sus personalidades". 50
A partir de esas ideas hace una remembranza de su relación desde que se
conocieron en sus años jóvenes, el medio ambiente social y cultural que los
rodeó de manera individual y conjunta, y finalmente hace una pequeña nota
biográfica concluyendo que "Para Aguascalientes fue una pérdida ya no con su
deceso, sino desde las once de la mañana del día once de abril del año
pasado en que un derrame cerebral lo dejó totalmente incapacitado para
continuar la luminosa trayectoria de su fecunda vida intelectual [...]
Recordémoslo con cariño, con admiración, con respeto y encendamos el
homenaje permanente a su memoria, que por su labor humanística, tiene bien
merecido, por el legado de las letras que nos dejó en los bien sazonados libros,
tesoros de su despierta inteligencia. Que siga viviendo en nuestro afectuoso
recuerdo." 51
En abril, mes significativo para la tradición acalitense, el cronista de la ciudad
esboza algunos retablos de la feria, prologados por reflexiones de la
trascendencia del hecho histórico. Inicialmente dice que "Tradiciones y
leyendas, anécdotas y sucedidos, cuentos y consejas, forman la urdimbre
maravillosa, el canevá alucinante, lleno de rápida vetustez, que constituyen el
noble abolengo de la abrileña Feria de San Marcos; entrelazados por
fraternales vínculos, es la estampa bordada por los labios de nuestros abuelos,
50 Topete del Valle, Alejandro. "Ausencia de don Antonio Acevedo Escobedo", en Aries, México,
Aguascalientes, año VIII, núm. 96, marzo de 1985, p. 6.
51 Ibidem. p. 9.
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