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Presencia del pensamiento acalitense contemporáneo II

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Felipe Mexicano que fungen como testigos (vecinos que eran <strong>del</strong> pueblo de<br />

San Marcos) en el matrimonio celebrado en Peñuelas, <strong>del</strong> viudo José Baltazar,<br />

con la india Ana María, el 13 de agosto de 1623 y, finalmente, el enlace<br />

realizado el 21 de noviembre de aquel mismo año, de María Francisca con<br />

Francisco Gabriel, vecinos ambos, textualmente se dice, <strong>del</strong> pueblo de San<br />

Marcos. Es pues incontrovertible que estos tres actos positivos, confirman<br />

documentalmente que nuestro celebrado arrabal titulábase ya PUEBLO, erigido<br />

de hecho para entonces como apéndice de nuestra española Villa, con sus<br />

autoridades independientes.<br />

“10. Finalmente queremos afirmar, al concluir estos apuntes, que con toda<br />

certeza no fue, sino hasta el 3 de octubre de 1644, cuando el señor Oidor-<br />

Visitador de la Audiencia de Guadalajara, don Cristóbal de Torres, al practicar<br />

segunda visita de este tipo tan solemne, logró que don Agustín de Ortega,<br />

sucesor y heredero y propietario entonces de la antigua y extensa labor<br />

triguera de su ilustre ancestro don Diego Mateos de Ortega, logró, repetimos,<br />

que donara una miserable ‘suerte de huerta’, para ejidos <strong>del</strong> ya próspero<br />

suburbio, a cambio de ‘componerlo con su Majestad, respecto a los huecos,<br />

realengos o baldíos, que hubiera entre las seis caballerías y treinta suertes<br />

hortelanas que legalmente amparaban sus primordiales títulos y que, con<br />

seguridad venía poseyendo y usufructuando en calidad de ‘demasías’. Esta<br />

bien menguada dádiva, no debe haber servido a los humildes inditos<br />

sanmarqueños, sino para edificar cuando mucho, su nueva e ingente capilla,<br />

donde años después el diligente y celoso párroco don Manuel Colón de<br />

Larreátegui, logró construir en su mayor parte, el bello templo que hoy decora e<br />

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