Presencia del pensamiento acalitense contemporáneo II

en la magnífica tapicería del tiempo y, como el buen vino, como la amistad
cordial, más se afinan mientras más envejecen.
"Tan gratas ficciones hay en ocasiones, que no quisiéramos verlas diluidas en
resoluciones de un árido y escueto dato histórico, de igual suerte que por
razones de temperamento, de categoría, de símbolo, muchas veces hemos
visto desvanecerse verdades aparentes, gratas a nuestro espíritu y a nuestro
corazón, en ecuaciones legendarias que nos han movido a pensar o a decir la
consabida frase: ‘si no fue cierto, debería serlo’.
“La feria de San Marcos ha ido atesorando emotivo caudal cuyos destellos,
opacados por la noble pátina del tiempo, se guardan solamente en los vagos
recuerdos o en la marchita imaginación de unos cuantos y señalados viejos de
Aguascalientes, y con ellos moría, sin la mano piadosa que los fije en la
crónica, austera o festiva, del vivir lugareño. En ese cofre de ensueño, oloroso
a perfumes de nuestras bisabuelas, quisiéramos dejar a manera de moneda
espiritual, vigente el testimonio de todo lo que fue." 52
En ese proemio narra que llegaban carruajes en la época de la feria y en uno
de ellos arribó un gallero, Antonio Partida, quien, cautivado con el lugar,
decidió quedarse en la entidad y construyó, cerca del jardín de San Marcos,
una suntuosa plaza de gallos, donde se perdían y ganaban considerables
sumas de dinero y se evidenciaban las alegrías, angustias y tragedias. Además
se señala que al inicio de la segunda mitad del presente siglo, Marcos
González mandó construir el coso taurino aledaño al jardín de San Marcos.
52 Topete del Valle, Alejandro. "Retablos de la Feria", en Aries, México, Aguascalientes, año VIII, núm.
97, abril de 1985, p. 6. El escrito aparece también en dos partes en los números 191 y 192 de marzo y
abril de 1993, en las págs. 10 y 12, respectivamente, en dos partes.
53