Presencia del pensamiento acalitense contemporáneo II
Presencia del pensamiento acalitense contemporáneo II
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“Antes de l629, muy pocos interesados tuvieron los solares, ‘baldíos o<br />
realengos’ que deberían formar los cuadros de la incipiente villa española,<br />
conforme a reales ordenanzas y a las operaciones de ‘la traza’ preliminares a<br />
la fundación de nuestra urbe y a las confirmaciones y mandatos que los<br />
señores ‘oidores visitadores’ de la Real Audiencia que en sus respectivos<br />
‘autos y provisiones’ dictaron: Primero don Gaspar de la Fuente el 75 de<br />
octubre de 1609 y don Cristóbal de Torres en septiembre de 1644 después,<br />
renovando y confirmando mandatos de ‘policía y buen gobierno’, para el<br />
armónico desarrollo de la villa aquicalitense.<br />
“Los cruentos asaltos y depredaciones de los agresivos chichimecas bárbaros<br />
habían dejado larga sensación de terror durante medio siglo, hasta que la paz<br />
y la tranquilidad en los ánimos hicieron venturosas realidades y el sosiego<br />
llegó a todas las conciencias.<br />
“El 30 de noviembre de aquel mismo l629, el reverendo señor presbítero don<br />
Benito de la Canal y Lamadrid, se encargó de la feligresía lugareña como su<br />
Cura Párroco y fue a su señoría, a quien el ‘Cabildo, Justicia y Regimiento’ <strong>del</strong><br />
lugar le otorgó por merced, con toda probabilidad, toda la tierra de la cuadra<br />
frontera al costado sur de la primitiva y humilde capilla donde se desarrollaban<br />
los oficios divinos y que hoy ocupa nuestra Catedral.<br />
“No estaba diseñada todavía –extraña y censurable negligencia– la Plaza<br />
Mayor prescrita en los mandatos de la fundación y apenas el primitivo<br />
cementerio y a sus lindes el recién abierto camino carretero de ‘las Villas’<br />
serpenteaba de norte a sur, frontero a lo que fueran las casas de Montoro, el<br />
‘fuerte presidial’, la primera capilla religiosa y el estratégico terreno para que<br />
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