Presencia del pensamiento acalitense contemporáneo II

y de otras filiaciones étnicas y lingüísticas. Rectificamos formalmente
afirmaciones de las que fuimos responsables en gran parte.
“7. Un dato, para nosotros digno de fe, es el consignado escuetamente por el
señor Lic. don Carlos A. Salas López, investigador a carta cabal y
comprobadamente veraz, en sus útiles aunque dispersos Apuntes... (pág. 156),
en que afirma que, en Mil Seiscientos Doce, era Lorenzo Rodríguez, Alguacil
Mayor del pueblo de San Marcos, al que, en el libro parroquial de defunciones,
se le llama ‘Pueblo Nuevo de San Marcos’. El autor merece toda nuestra
confianza, aunque no exenta de cierta sorpresa.
“8. Ignoramos, si es que lo hubo, todo título fundador del relacionado ‘Pueblo’,
que todavía suponemos fue erigido ‘al acaso’, sin las formalidades de
ordenanza acostumbradas, como producto espontáneo de un proceso
urbanizador, del que descartamos haya nacido de imperiosas necesidades de
reforzar la población por razones de seguridad contra turbas de indios
asaltantes, ya que, como afirmamos con anterioridad, la pacificación total de
los chichimecas, en esta bien apodada ‘Áspera Cashcana fue lograda por el
valeroso y justo Capitán de capitanes, don Miguel Caldera, desde fechas muy
cercanas al ano 1593, y ya para el de 1604, la pacificación no ofrecía ni
sobresaltos ni inquietudes en materia de seguridad.
“9. Personalmente, los primeros testimonios escritos que hemos logrado
conocer hasta hoy, son tres actas de matrimonio respecto de moradores de
ambos sexos, del pueblo de San Marcos, que corresponden a contrayentes
aborígenes que son: Catalina Lucía (hija de Juan Bautista, Regidor del Pueblo
de San Marcos) con Juan Martín, el 9 de enero de 1623; Luisa María y Juan
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