Campaña I Caminà amb Ells - Juniors Moviment Diocesà
Campaña I Caminà amb Ells - Juniors Moviment Diocesà
Campaña I Caminà amb Ells - Juniors Moviment Diocesà
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
RUTA: JERICO<br />
FORMACIÓN:<br />
¿QUIÉN ERA EL CIEGO DE JERICÓ?<br />
MATERIAL PARA EL EDUCADOR<br />
acti<br />
vida<br />
des<br />
Sabemos su nombre y apellidos: Bartimeo hijo de Timeo. Sabemos su domicilio: Jericó. Sabemos, t<strong>amb</strong>ién, que era<br />
ciego, un marginado al borde del camino por donde pasa la vida sin poder verla, saborearla, vivirla con dignidad.<br />
Hasta ahí, Bartimeo es un ejemplo de tantas personas que viven en la «noche». Como Bartimeo, es ciego el que ha<br />
perdido la fe y no encuentra un sentido a la vida; es ciego aquel que ha perdido el rumbo de su vida, que no sabe<br />
ni de donde viene ni a dónde va; es ciego aquel que se deja llevar por los goces instantáneos; es ciego aquel que<br />
en vez de vivir solo “consume” su vida. En defi nitiva, igual que Bartimeo, es ciego aquel que no es consciente de su<br />
DIGNIDAD DE PERSONA.<br />
¿QUÉ PASÓ EN JERICÓ?<br />
Nos lo relata Marcos en su Evangelio (10, 46-52)<br />
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo,<br />
estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: “Hijo de<br />
David, Jesús, ten compasión de mí.” Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: “Hijo de David,<br />
ten compasión de mí.” Jesús se detuvo y dijo: “Llamadlo.” Llamaron al ciego, diciéndole: “Ánimo, levántate, que te<br />
llama.” Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: “¿Qué quieres que haga por ti?” El ciego le contestó:<br />
“Maestro, que pueda ver.” Jesús le dijo: “Anda, tu fe te ha curado.” Y al momento recobró la vista y lo seguía<br />
por el camino.<br />
IMPORTANCIA DEL PASO DE JESÚS POR JERICO EN LA HISTORIA DE SALVACIÓN<br />
Bartimeo es casi un mundo de hombres, una sociedad encerrada en la noche del gozo instantáneo y gris ¡Cuántos<br />
ciegos postrados en la orilla de la mentira!<br />
Pero Bartimeo guarda un secreto: la insatisfacción personal. Una inmensa sed de verdad y de vida mantiene en<br />
vilo su alma.<br />
Es ciego, pero el alma puede oír. En el bullicio de la vida que pasa escucha una verdad distinta, una voz transformante:<br />
es la «palabra» de Cristo, «palabra» que es luz y es vida, «palabra» que lleva a la verdad que hace libres. La<br />
escucha de la Palabra hace despertar en Bartimeo la fe que lleva a la luz. Creer es escuchar sin ver, confesar sin ver,<br />
«conocer sin ver» (cf. Hb 11,1). Y en su alma brota la oración: «Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí».<br />
La gente, como siempre, le desanima. El <strong>amb</strong>iente enfría el deseo. Y Bartimeo, incansable, comienza un camino<br />
que no acaba nunca: quien conoce a Dios, no puede vivir sin Él. Contra su ceguera, ora más fuerte.<br />
Cuanto más irresistible es el entorno que arrastra a la indiferencia, ora más fuerte. Y es entonces cuando escucha<br />
la pregunta que tanto esperaba. El Maestro le dice: “¿Qué puedo hacer por ti?” Y en el alma de Bartimeo, más ciego<br />
132