Campaña I Caminà amb Ells - Juniors Moviment Diocesà

Primera parte:
“En el camino iban hablando entristecidos...”
Y cuántas veces en la vida nos hemos sentido como ellos. Cuántas veces me siento mal, triste, desganado, sin ganas
de hacer nada, hasta llegar al punto de echarlo todo por la borda, como por ejemplo cuando repetí, cuando
no conseguí lo que quería, cuando… Estaba hecho polvo, estaba triste, estaba muy mal. Me enoje con Dios, le
eché la culpa de todo, no tenía ganas de hacer nada. Ni de hablarle y menos de ir a visitarle.
La verdad es que estaba CONFUNDIDO. Tenía solo ganas de divertirme, buscaba la mera diversión, el pasarlo
bien. Buscaba solamente eso. Todo fácil. Simplemente todo lo que “me gustara”, sin preocupaciones ni nada de
afrontar retos en los que me tuviera que esforzar. La realidad es que tenemos OTROS dioses con minúscula.
Creo que estos dos discípulos estaban tristes porque también esperaban otro tipo de dios, a pesar de que Jesús
ya se le había manifestado. Estaban confundidos. La verdad es que tenían el corazón cerrado.
GESTO:
Acércate y coge una llave, lee la frase que hay escrita en ella y guárdala en tu bolsillo y luego cuando llegues a
casa ponla en tu mesita de noche, para poder decirle a Dios que quieres que te ayude a abrir tu corazón.
(Es importante recordarles que esa llave es para ellos, que pueden volver a releer la frase justo en el momento
que se sientan tristes o apartados de Jesús). (En el Anexo 1, tendrás el dibujo de una llave y las frases para escribir
en ellas)
Segunda parte:
“Jesús estuvo con ellos durante todo el camino y ellos no lo reconocieron...”
Jesús está siempre a nuestro lado, y todo el tiempo. Está en la persona de al lado, está en tu familia, en el colegio,
en el estudio, en un partido de fútbol, en la cancha.
Desde que naces hasta que mueres, va a estar presente durante toda tu vida. La cuestión está en saber reconocerlo
en todo lugar.
Tercera parte:
“Jesús les saluda con ademán de seguir adelante”
Jesús con mucha prudencia piensa seguir su camino, pero veo que ante la actitud de los dos discípulos que lo
invitan DE CORAZÓN a pasar, Jesús acepta a estar con ellos.
Si yo muchas veces me dejara llevar por el corazón estaría más tiempo con Él. Jesús no hace nada a la fuerza, no
nos obliga, no se impone, no es su manera. Nos da la LIBERTAD para llamarlo para que esté con nosotros o no. La
cuestión es que nosotros le abramos la puerta de nuestro corazón, y así si va a entrar. Él espera pacientemente
nuestra INVITACIÓN. Yo rezo muy seguido para que mi corazón se ablande.
GESTO:
Toma uno de los corazones, y escribe en él algo que nadie sabe, que solo reservas para ti, algo que solo tu Padre
Dios que ve en lo escondido conoce.
Y luego ponlo en el barreño con agua que hace que la tinta se desdibuje, y es que Dios no necesita que le hablemos
para escucharnos, sabe leer entre líneas.
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