Campaña I Caminà amb Ells - Juniors Moviment Diocesà
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RUTA: BETANIA<br />
FORMACIÓN:<br />
¿QUIÉN ERA LÁZARO?<br />
MATERIAL PARA EL EDUCADOR<br />
for<br />
ma<br />
ción<br />
Lázaro era un judío de buena posición social, perteneciente a una familia muy conocida en toda Palestina y muy<br />
relacionado con familias distinguidas de Jerusalén. Vivía en Betania, pequeña aldea situada a unos 3 Km. de Jerusalén,<br />
junto al camino que unía la capital con el valle del Jordán. La familia estaba la formaban tres miembros:<br />
Lázaro y sus dos hermanas, Marta y María.<br />
En sus viajes de Jericó a Jerusalén pasaba Jesús junto a Betania y no dejaba nunca de entrar a saludar a su familia<br />
amiga. Otras veces, cansado de luchar en Jerusalén contra los escribas y fariseos, tomaba al anochecer el camino<br />
de Betania y descansaba allí de sus fatigas apostólicas.<br />
¿QUÉ PASÓ EN BETANIA?<br />
El amor que Jesús profesaba a Lázaro aparece visiblemente en el diálogo mantenido entre Él y las hermanas de<br />
Lázaro. Informado el Maestro de la enfermedad que aquejaba a Lázaro por los mensajeros que le mandaron Marta<br />
y María, no partió inmediatamente a la cabecera del enfermo, sino que, como afi rma San Juan, permaneció en el<br />
lugar en que se hallaba dos días más, pasados los cuales dijo a los discípulos: Vamos otra vez a Judea (Jn 11,7).<br />
Enterada Marta de que Jesús estaba por llegar, voló a su encuentro, se arrodilló a sus pies y, anegada en lágrimas, le dijo:<br />
—Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que cuanto pidieras a Dios te lo concederá.<br />
Le respondió Jesús:<br />
—Tu hermano resucitará.<br />
—Sé—le dice Marta—que resucitará en la resurrección en el último día.<br />
Jesús dijo entonces:<br />
—Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mí aun cuando hubiera muerto, vivirá, y quien vive y cree en mí no morirá<br />
jamás. ¿Crees esto?<br />
—Sí, Señor—dijo Marta—; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, el que viene al mundo.<br />
Y dicho esto se fue a llamar a su hermana, diciéndole secretamente:<br />
—Está aquí el Maestro y te llama.<br />
Apenas María oyó estas palabras, se levantó apresuradamente, abandonando a los asistentes, y, rápida como el entusiasmo<br />
de su corazón, salió al encuentro del Maestro. Los judíos que estaban con ella, viendo que María se levantaba y<br />
salía de prisa, la siguieron creyendo que iba a la tumba para llorar allí. Cuando María llegó a donde estaba Jesús, viéndole,<br />
se postró a sus pies, diciendo:<br />
—Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.<br />
Jesús, al ver llorar a María y a los judíos, se estremeció en su espíritu y se conturbó.<br />
— ¿Dónde lo habéis puesto?—dijo.<br />
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