Campaña I Caminà amb Ells - Juniors Moviment Diocesà
Campaña I Caminà amb Ells - Juniors Moviment Diocesà
Campaña I Caminà amb Ells - Juniors Moviment Diocesà
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ANEXO 7<br />
¿QUÉ ESTA PASANDO CON LA PASTORAL JUVENIL?<br />
En mi experiencia en el trabajo con jóvenes he vivido situaciones “timbre”. Me refi ero a esas circunstancias que te<br />
dicen “¡¡Ojo, aquí pasa algo!!”, acontecimientos que te hacen parar a pensar. Quizás muchos compartamos esas<br />
vivencias, esas mismas preguntas: ¿Por qué no les llega a mis chavales lo que les digo?, ¿por qué después de<br />
todo el trabajo de este curso no veo avances a nivel espiritual?, ¿necesito c<strong>amb</strong>iar algo?...<br />
Hemos visto cómo muchos jóvenes han ido creciendo, y al fi nal, todo lo que vivieron en nuestros grupos quedó<br />
en un recuerdo, en una etapa más de sus vidas. Jesús fue algo más y parece que su vida ahora sigue por otros<br />
caminos.<br />
¿Qué está pasando?<br />
Muchas cosas importantes, pero me centraré en aquello que considero primordial: el educador como “Testigo”<br />
y “la experiencia de encuentro con Jesús”.<br />
Muchos hemos centrado grandes esfuerzos en el “¿QUÉ HACEMOS?”: reuniones, programaciones, cursos, proyectos,<br />
etc.… y todo ello es importante. El problema viene cuando eso es lo único o lo primordial. Lo “QUE<br />
HAGO” importa, pero t<strong>amb</strong>ién “CÓMO LO HAGO”. Deberíamos cuidar mucho más el testimonio del educador:<br />
¿quién soy yo?, ¿quién digo que es Él con mis gestos, con mis obras?, ¿cómo trato a mi grupo?, ¿qué tipo de<br />
relación mantengo con ellos?...<br />
Pongo un ejemplo:<br />
Si a una pregunta contesto “sí”, pero al mismo tiempo muevo la cabeza diciendo “no” la gente se queda igual,<br />
porque mis gestos anulan mis palabras, hay incoherencia.<br />
Si animo a comer fruta, porque es sana, pero en mi mano llevo bollería... pensarán “¿por qué no hace lo que nos<br />
dice?”, no soy de fi ar.<br />
Ellos ven lo que somos, van a ver al “Cristo que vive en ti”. Lo que dices vale, si con tu vida lo haces creíble. Hablar<br />
de Dios con palabras puede resultar cómodo, pero tenemos que hablar de Dios con hechos. Lo que aprenden<br />
en las actividades tiene que ir acompañado de una coherencia de vida del educador.<br />
Que se sientan “amados” de una forma diferente (al estilo de Cristo), que tengan a su lado alguien de confi anza y<br />
especial, que les acompaña y en quién pueden apoyarse... llega al corazón. Y todo esto no lo garantiza el hecho<br />
de preparar bien las actividades, o tener a educadores bien formados.<br />
La novedad de esta visión está en un educador que se cree y vive lo que dice, un educador enamorado de Cristo,<br />
que lo sigue convencido y gozoso, y que su vida transformada por Él, da luz a lo que hace, y al que le ve. Como<br />
consecuencia de esta forma de vivir surgirán de forma natural muchos detalles que marcaran un estilo diferente<br />
en nuestra forma de hacer las cosas, un estilo que convence.<br />
A lo largo de un tiempo hemos recogido la experiencia de personas que han trabajado de esta forma. Las propuestas<br />
prácticas a las que hemos llegado las compartimos en un próximo artículo.<br />
168