Actas 16 Jornadas de bibliotecas (FGSR).pdf - Centro Internacional ...
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30 ROBERTO COTRONEO<br />
¿Cuál fue mi punto <strong>de</strong> partida para escribir este libro? La utilización <strong>de</strong><br />
la poesía y <strong>de</strong> la narrativa, así como <strong>de</strong> la memoria que conservo <strong>de</strong> éstas. O<br />
mejor dicho, la utilización <strong>de</strong> la narrativa como lupa <strong>de</strong> aumento, instrumento<br />
<strong>de</strong> comprensión <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong> la existencia.<br />
Se podría reformular la pregunta <strong>de</strong> forma más simple: ¿nos ayuda la<br />
literatura a vivir mejor? Parece una pregunta que no admite más que una respuesta.<br />
La literatura sirve para compren<strong>de</strong>r el mundo y —¿por qué no?— para<br />
generar estilos, comportamientos, i<strong>de</strong>as. Pero esto no es todo.<br />
La literatura tiene un aspecto, una faceta, que yo calificaría <strong>de</strong> estética.<br />
El lado estético <strong>de</strong> la narrativa justifica la necesidad <strong>de</strong> narrativa. ¿Podríamos<br />
llamar a este aspecto el placer <strong>de</strong>l texto? ¿Podríamos consi<strong>de</strong>rar éste como el<br />
elemento <strong>de</strong>cisivo <strong>de</strong>l placer <strong>de</strong> los niños (y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber, en el caso <strong>de</strong> los adultos)<br />
cuando <strong>de</strong> literatura se trata? Sin duda. Todos elegimos las lecturas para<br />
nuestros hijos y alumnos. Queremos que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su más tierna infancia, lean<br />
historias hermosas, historias con un valor intrínseco, un valor estético. A<strong>de</strong>más,<br />
queremos hacer <strong>de</strong> esta estética una ética ulterior, casi una pedagogía<br />
estética.<br />
Po<strong>de</strong>mos dar todo esto por <strong>de</strong>scontado, pero tenemos que reconocer que<br />
esta afirmación, que todos compartimos, tiene importantes consecuencias y nos<br />
ha <strong>de</strong> llevar por nuevos caminos. Caminos que examinaremos aquí. Caminos<br />
no siempre <strong>de</strong>l todo practicables y que <strong>de</strong>jan interrogantes abiertos. Y es que<br />
el placer estético proviene <strong>de</strong> la ambigüedad: la ambigüedad <strong>de</strong>l texto genera el<br />
placer <strong>de</strong> la lectura. Y la ambigüedad <strong>de</strong>l texto no juega a favor <strong>de</strong> la ética en<br />
la literatura; más bien impi<strong>de</strong> el uso <strong>de</strong> la narrativa como lente interpretativa<br />
<strong>de</strong>l mundo. Dicho <strong>de</strong> otro modo: la lente interpretativa <strong>de</strong>l mundo produce distorsiones<br />
y, por consiguiente, no vale como metodología pedagógica. Todo este<br />
razonamiento subyace a una relectura <strong>de</strong> La isla <strong>de</strong>l Tesoro <strong>de</strong> Robert Louis<br />
Stevenson que propondré con algunas modificaciones. Se trata, según los cánones<br />
tradicionales, <strong>de</strong> un libro <strong>de</strong> aventuras para los más jóvenes, un libro muy<br />
apreciado por los anglistas, que ven en esta novela la gran<strong>de</strong>za literaria <strong>de</strong> uno<br />
<strong>de</strong> los maestros <strong>de</strong> la novela. Es un libro perfecto para evi<strong>de</strong>nciar lo difícil que<br />
es <strong>de</strong>jar grabado en la memoria <strong>de</strong> un niño pequeño un libro que, en muchos<br />
aspectos, no es lineal y requiere saltos interpretativos. Con esto quiero <strong>de</strong>cir<br />
que La isla <strong>de</strong>l Tesoro es el libro que mejor se presta para resolver una paradoja<br />
que muchos conocen a través <strong>de</strong> su vida cotidiana: que la literatura es un<br />
mundo paralelo —un mundo análogo, diría yo— que sirve para crecer muy<br />
rápidamente, lo más rápidamente posible. Y que, por lo tanto, explicar la narrativa<br />
a los niños pue<strong>de</strong> significar generarles dudas, preguntas que a menudo pue<strong>de</strong>n<br />
tener respuestas incómodas o peligrosas. Y que, por consiguiente, incluso