Actas 16 Jornadas de bibliotecas (FGSR).pdf - Centro Internacional ...

SI UNA MAÑANA DE VERANO UN AUTOR 37
incluso después de haberse terminado la aventura, de haber encontrado el tesoro,
de haber vencido a los piratas. Incluso muchos años más tarde esa aventura
seguirá representando para Jim una especie de angustia profunda, y la
isla, un lugar de pesadilla. ¿Por qué? ¿Porque corrió el riesgo de morir a
manos de los piratas? ¿Porque tuvo que descubrir que las aventuras son, más
que fuente de diversión, una fuente de riesgo? No. La razón es que, al final,
todas las teselas del mosaico han vuelto a su sitio, todas menos una. Una vez,
bromeando, comparé a John Silver con el conde San Germán. Al igual que
éste, John Silver parece salir de la nada. Al igual que éste, desaparece en la
nada. No tiene edad. Podría ser la encarnación del mismo demonio. John Silver
es el imponderable, el hombre que puede echar por tierra todos los planes.
Es simpático y cruel. Es muy bueno cambiando, en el último momento,
las cartas que están sobre la mesa. Podría traicionar a todos: a sus propios
compañeros, pasándose al enemigo, para luego traicionar a los enemigos, si le
conviene... Y todo esto puede suceder en un lapso de tiempo muy breve, en
un santiamén, y puede reflejarse en una forma de mirar.
En La isla del Tesoro tendrá lugar una lucha encarnizada. Se producirán
sucesivos y continuos cambios en la dirección que siguen los acontecimientos....
Silver estará a la cabeza de los piratas y Jim será hecho prisionero. Después
Silver lo protegerá. Y Jim irá a la deriva con la canoa de Ben Gun, el
hombre de la isla. Y habrá una lucha con Israel Hands y Jim vencerá, y ello
pese a que sus pistolas tenían la pólvora húmeda. Al final de La isla del Tesoro
todos los temas se confunden, se roza la magia, se evocan espectros y antiguos
recuerdos, maldiciones y asesinos y, a pesar de todo, Silver permanecerá
allí, lucidísimo, gestionando, de modo magistral, una situación difícil.
Estamos en el último acto. Aparentemente, John Silver ha vencido. Tiene
el mapa de la isla con la situación del tesoro. El doctor Livesey y el caballero
Trelawney, acompañados de algunos hombres honrados, parecen haber
desaparecido. Jim está en poder de Silver. Temprano por la mañana los piratas
—con Jim— se ponen en marcha para alcanzar el lugar donde el viejo
Flint había enterrado su inmenso tesoro, fruto de centenares de abordajes. «Llevábamos
caminando así cosa de media milla y nos acercábamos a lo alto de
la meseta, cuando el hombre que iba más a la izquierda empezó a lanzar gritos
como de terror. Emitía un chillido tras otro y sus compañeros echaron a
correr hacia donde éste se encontraba». El pirata grita porque descubre el
esqueleto de un hombre. Parece un pirata. Su posición no es natural. Silver
intuye que ese esqueleto no se encuentra ahí por casualidad. Su posición indica
la dirección en que se encuentra el tesoro. Flint. «Ésta es una de sus bromas»,
dice Silver, «no cabe duda». «Él estuvo aquí a solas con sus seis hombres
y los mató a todos; y a éste lo arrastró hasta aquí y lo orientó con la brújula.
¡Mal rayo me parta!». Se desata una angustia colectiva. Los piratas son