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Actas 16 Jornadas de bibliotecas (FGSR).pdf - Centro Internacional ...

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80 FABRICIO CAIVANO<br />

su mayor potencialidad, la fuerza inigualable <strong>de</strong> la especie. Gracias a esas<br />

carencias, durante un tiempo vamos a tener que programar cuidadosamente el<br />

disco duro <strong>de</strong>l cerebro con instrucciones específicas para llegar a sobrevivir.<br />

Los genes juegan su larga partida a los dados con el medio: el renacuajo se<br />

pone en acción y empieza a mirar (tarda un par <strong>de</strong> semanas en ver), a chupar,<br />

a tocar el mundo, a interaccionar visualmente con los <strong>de</strong>más humanos, a<br />

reconocer las expresiones <strong>de</strong> los rostros que se le acercan (conoce más <strong>de</strong> diez<br />

estados <strong>de</strong> ánimo), a moverse y ensayar una escala musical <strong>de</strong> gorgoritos, eso<br />

que los franceses llaman «parlure bebé» o nosotros lengua «ajó». Ese pedazo<br />

<strong>de</strong> carne sonrosada es muy frágil y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l cuidado <strong>de</strong> alguien: sólo tiene<br />

dos recursos para pedir ayuda y refuerzos positivos, el llanto y la risa (los<br />

etólogos dicen que algunos animales también saben reír pero que no tienen<br />

sentido <strong>de</strong>l humor). Esa fragilidad <strong>de</strong> los neonatos hace que los adultos estemos<br />

genéticamente predispuestos a amarlos, a protegerlos contra todo peligro<br />

y a evitarles todo mal (incluido el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> aquel maldito enchufe),<br />

a cuidar nuestras crías hasta que puedan prescindir <strong>de</strong> nosotros y salir a la<br />

calle dando un buen portazo. Matar simbólicamente al padre es hoy, tiempos<br />

antiautoritarios, más accesible que vivir con la propia hipoteca a cuestas. Este<br />

instinto culturalmente reforzado <strong>de</strong> sobreprotección <strong>de</strong> las crías es frágil, como<br />

lo <strong>de</strong>muestra literariamente la persistencia <strong>de</strong>l fantasma narrativo <strong>de</strong>l abandono<br />

<strong>de</strong>l niño por sus padres en el bosque —una realidad histórica documentada—<br />

o, más trágicamente, la alta tasa <strong>de</strong> malos tratos y abusos a la infancia.<br />

En la «Encuesta <strong>de</strong> infancia en España 2008» se afirma «que la violencia en<br />

el hogar afecta a entre el 7% y el 10 % <strong>de</strong> menores; y que 175.000 niños <strong>de</strong><br />

6 a 11 años y 140.000 preadolescentes a los que al menos uno <strong>de</strong> sus padres<br />

pega con frecuencia» (El País Semanal, nº <strong>16</strong>51). Nos habita también una bestia<br />

y asumir los tabúes es parte <strong>de</strong> la educación <strong>de</strong>l yo, la señalización <strong>de</strong><br />

límites y <strong>de</strong> la transmisión <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> referencia no agresivos.<br />

DE CÓMO EL AMOR ENCIENDE EN EL CEREBRO<br />

Toda esa infinita red cerebral <strong>de</strong> interacciones sensoriales diarias, un vaivén<br />

<strong>de</strong> mensajes eléctricos, <strong>de</strong>ja miles <strong>de</strong> millones <strong>de</strong> huellas conectivas en la<br />

laberíntica topografía <strong>de</strong>l cerebro, lo enfunda en una malla <strong>de</strong> precisión milimétrica.<br />

Un incansable chisporroteo <strong>de</strong> colores que los neuroinvestigadores pue<strong>de</strong>n<br />

ver en directo y en tres dimensiones. Llegan a precisar qué secuencia <strong>de</strong><br />

estímulos y respuestas y qué lugar exacto se correspon<strong>de</strong> a cada uno <strong>de</strong> los<br />

sentidos humanos; qué inesperadas reconfiguraciones <strong>de</strong> las conexiones dañadas<br />

se precisan para ser capaz <strong>de</strong> leer con la punta <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos, como los

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