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Libros
DE BEBÉS, CEREBROS, FAMILIAS, LBROS Y OTRAS MARAVILLAS... 87
En España el libro de texto es el soporte básico para la enseñanza de la
lectura en el 90% de los centros escolares (media europea: 77%). Esta cifra
sorprendente se corrige en parte con la siguiente: somos el país que más hace
servir en las aulas libros de literatura infantil; un 26% frente a la media europea
del 14%. La industria editorial española ya ha empezado su transición
hacia los nuevos soportes digitales y la producción de contenidos escolares que
usen sus potencialidades didácticas y cognitivas.
Lectura
La lectura es materia incluida en los currículos sólo en tres países europeos
(Holanda, Rusia, Suecia, que, claro, sacan «buenas notas» en competencia
lectora). De media, un 25% del alumnado dedica en la escuela más de 6
horas semanales a la lectura, el tiempo que en España dedica el 24%. Pero
el 44% no supera las… 3 horas semanales, escaso tiempo que en España dedica
el 52%.
Biblioteca escolar
La utilización de la biblioteca escolar en España es muy baja, menor. La
usan cada día sólo el 2% (8%, media), y una o dos veces por semana, el 26%
(42%, media). Los porcentajes parecen muy subestimados; disponemos por
CC.AA. de investigaciones más ajustadas y prometedoras.
Veamos el papel esencial para el bienestar de los niños y niñas que juegan
la persona y los espacios necesarios para su desarrollo. Somos sociedades
ricas en todo, pero pobres en tiempo familiar de calidad para ayudar en
el complicado trabajo del alumno. Y ésta es la, digámoslo así, la pragmática
que propongo en estas líneas. Como ya se ha dicho, una razonable ayuda familiar
y un equipamiento mínimo para el estudio y la lectura, son dos necesidades
para el bienestar psicológico y académico de los hijos. Las bibliotecas
públicas y otros recursos culturales presentes en la comunidad próxima, refuerzan
este aspecto y son de gran utilidad práctica. Pero la presencia «activa y
amorosa» de un adulto familiar es un factor necesario —aunque no suficiente—
para que el trabajo de estudiar y el placer de obtener buenos resultados
pueda interiorizarse como un hábito y plantearse en cada familia como un
orden espacial y temporal. El sentido común de muchas madres y padres
—éstos cada vez más conscientes de su corresponsabilidad en la gestión práctica
de la agenda de los asuntos familiares— y la colaboración con los recursos
educativos y de la sociedad civil, son las condiciones complementarias.