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Adolfo Bioy Casares y sus temas fundamentales - Bernardo Ruiz

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"El cuerpo ocupa un lugar central en el universo de Fuentes. El frío, el calor, la sed, la<br />

urgencia sexual, la fatiga, las sensaciones más inmediatas y directas; y las más refinadas y<br />

complejas: las combinaciones del deseo y la imaginación, los desvaríos y las alucinaciones de <strong>sus</strong><br />

sentidos, <strong>sus</strong> errores y adivinaciones. La pasión erótica es cardinal y, por tanto, lo es también la<br />

imaginación, su doble impecable. En otros dos notables novelistas hispanoamericanos, uno de su<br />

misma generación y otro de la precedente, Gabriel García Márquez y <strong>Adolfo</strong> <strong>Bioy</strong> <strong>Casares</strong>, el amor es,<br />

asimismo, una pasión soberana...El tema de <strong>Bioy</strong> <strong>Casares</strong> no es cósmico sino metafísico: el cuerpo es<br />

imaginario y obedecemos a la tiranía de un fantasma. El amor es una percepción privilegiada, la<br />

más total y lúcida, no sólo de la realidad del mundo sino de la nuestra: corremos tras las sombras<br />

pero nosotros también somos sombras...los fantasmas no son menos reales que los cuerpos; sólo que<br />

estos fantasmas encarnan: los tocamos y nos tocan, nos desgarran. El cuerpo es verdadero y la<br />

revelación que nos ofrece es inhumana, sea animal o divina: nos arranca de nosotros mismos y nos<br />

arroja a otra vida, a otra muerte más plena.<br />

"Los cuerpos son jeroglíficos sensibles. Cada cuerpo es una metáfora erótica y el significado<br />

de todas estas metáforas es siempre el mismo: la muerte. Por el amor Fuentes se asoma a la muerte;<br />

por la muerte al territorio que antes llamábamos sagrado o poético y que en nuestros días carece de<br />

nombre." (12).<br />

Ciertamente, estos postulados se aplican también a la literatura de <strong>Bioy</strong>. Helene<br />

Jacoba y Consuelo Llorente son, además de viejas reminiscencias de un mundo del que han<br />

sido ya desterradas, "el antiguo vampiro, la bruja, la serpiente blanca de los cuentos chinos:<br />

la señora de las pasiones sombrías" como concluye el mismo Paz. Y en este sentido son un<br />

poder superior a la misma muerte, porque poseen el horror de la vida eterna en un<br />

universo mortal. 8<br />

Queda por subrayar el único caso de sucubidad, mencionado únicamente en tono<br />

superficial: "No deben quedar rastros de los que vivieron aquí, vaya uno a saber que fluidos<br />

nos manden" (13).<br />

Los muertos de la literatura de <strong>Bioy</strong> están abandonados en la muerte. Cuando<br />

regresan apenas hacen un breve gesto de adiós o de silencio a los vivos. Esto ocurre en dos<br />

historias que se reducen a una sola. Cronológicamente, la primera es "Luis Greve, muerto",<br />

la historia que titula el volumen de cuentos. La segunda es "Los milagros no se recuperan".<br />

Escrita treinta años después que la primera: es decir, en 1966; no obstante. apenas difieren<br />

8<br />

Convendría, igualmente, comparar estas obras con La Diosa Blanca de Robert Graves y con Los papeles de Aspern de Henry James.

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