Historia de las Creencias Religiosas 4
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120 Mitos <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong>l mundo<br />
Al llegar el segundo año,<br />
levantaron el tope <strong>de</strong> Esagila M igual a Apsu M .<br />
Después <strong>de</strong> levantar una torre escalonada tan alta como Apsu,<br />
pusieron allí una morada para Marduk, Enlil (y) Ea.<br />
En su presencia la adornaron con esplendor.<br />
Hacia abajo miran sus cuernos, a la base <strong>de</strong> Esharra.<br />
Cuando concluyeron la obra <strong>de</strong> Esagila,<br />
los mismos Anunnaki levantaron sus santuarios.<br />
... todos se reunieron,<br />
... edificaron para su morada.<br />
A los dioses, sus padres, sentó en su banquete:<br />
«Esta es Babilonia, lugar <strong>de</strong> vuestra casa.<br />
Festejad en su recinto, llenad sus anchas plazas».<br />
Ocuparon sus tronos los gran<strong>de</strong>s dioses.<br />
A beber y a banquetear se pusieron.<br />
Después <strong>de</strong> festejar allí,<br />
en Esagila, el espléndido, celebrados sus ritos,<br />
habiendo establecido <strong>las</strong> leyes (y) sus portentos,<br />
todos los dioses repartieron <strong>las</strong> estancias <strong>de</strong>l cielo y <strong>de</strong> la tierra.<br />
Los cinco gran<strong>de</strong>s dioses ocuparon sus tronos.<br />
Los siete dioses <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino pusieron a los trescientos en el cielo.<br />
Enlil alzó el arco, su arma, y lo puso ante ellos.<br />
Los dioses, sus padres, vieron la red que había hecho.<br />
Cuando contemplaron el arco, y su forma tan hábil,<br />
sus padres alabaron la obra que había realizado.<br />
Empuñándolo, Anu habló en la asamblea <strong>de</strong> los dioses,<br />
mientras besaba el arco:<br />
[El resto <strong>de</strong>l poema consiste en un largo himno <strong>de</strong> alabanza a<br />
Marduk. Culmina con una recitación <strong>de</strong> sus cinco nombres, atributos<br />
que reflejan su po<strong>de</strong>r y sus obras po<strong>de</strong>rosas].<br />
E. A. Speiser, Ancient Near Eastern Texts (Princeton<br />
1950), reproducido en I. Men<strong>de</strong>lsohn (ed.), Religions<br />
of the Ancient Near East (Nueva York 1955) 19-46.<br />
56. «¿QUIEN PODRÍA DECIR DE DONDE PROCEDEN<br />
TODAS LAS COSAS Y COMO SUCEDIÓ LA CREACIÓN?»<br />
(Rigveda X, 129)<br />
Este himno <strong>de</strong> la creación es a la vez una sublime expresión poética<br />
y filosófica <strong>de</strong>l «Rigveda» y un elocuente murmullo <strong>de</strong> duda, que<br />
infun<strong>de</strong> a <strong>las</strong> «Upanishads» su sentido <strong>de</strong> la profundidad, el misterio<br />
y sobre todo la unidad <strong>de</strong> la creación. En <strong>las</strong> «tinieb<strong>las</strong> ocultas<br />
en tinieb<strong>las</strong>» (tamas en tamas), en estas «aguas no iluminadas»<br />
que no contienen ni «ser» (sat) ni «no ser» (asat) es engendrada<br />
por el calor cósmico (tapas) la fuerza unitaria primordial, Este Uno<br />
(tad ekam). Surge entonces «<strong>de</strong>seo» (káma) como semilla primordial<br />
<strong>de</strong> la «mente» (manas), primogénito <strong>de</strong> tad ekam, y los rishis,<br />
que contemplan este momento original en que aún no existían los<br />
dioses, preten<strong>de</strong>n conocer ahora el vínculo <strong>de</strong> sat en asat. «Vero<br />
quien conoce verda<strong>de</strong>ramente», concluye el poeta, embargado aún<br />
<strong>de</strong> un sentimiento <strong>de</strong> veneración ante este misterio, es quizá el<br />
Uno «cuyos ojos rigen este mundo», pero también es posible que<br />
en verdad no sepa nada.<br />
No sólo la especulación upanishádica, sino también la filosofía<br />
evolucionista <strong>de</strong>l Samkhya se mostró profundamente impresionada<br />
por este himno. Es importante examinar esta especulación sobre<br />
los orígenes <strong>de</strong>l cosmos junto con otros relatos <strong>de</strong> la creación<br />
contenidos en el «Rigveda», tales como los <strong>de</strong> X, 90 (cf. pp. 240ss)<br />
y X, 121 (cf. pp. 47s) o I, 23.<br />
1. Entonces * no había ni la nada ni la existencia 2 .<br />
No había aire entonces ni los cielos por encima.<br />
¿Qué lo cubría? ¿Dón<strong>de</strong> estaba? ¿Quién lo guardaba?<br />
¿Había acaso agua cósmica, informe en lo profundo?<br />
2. Entonces no había ni muerte ni inmortalidad,<br />
ni había entonces una antorcha ni <strong>de</strong> día ni <strong>de</strong> noche.<br />
Alentaba el Uno 3 sin aire, <strong>de</strong> sí mismo sustentado 4 .<br />
Este Uno existía entonces y ninguno otro.<br />
3. Al principio sólo había tinieb<strong>las</strong> envueltas en tinieb<strong>las</strong>.<br />
Todo era tan sólo agua no iluminada s .<br />
33 Nombre <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Marduk en Babilonia.<br />
34 Significa al parecer que la altura <strong>de</strong>l Esagila correspon<strong>de</strong> a la profundidad<br />
<strong>de</strong> <strong>las</strong> aguas <strong>de</strong> Apsu.<br />
1 En el principio.<br />
2 Asat es no sat.<br />
3 Tad ekam, «este Uno» que «alienta sin aire».<br />
4 Svadhá, energía, potencia intrínseca que hace posible la autogeneración.<br />
5 Fluida (salila) e indiferenciable (apraketa).