Historia de las Creencias Religiosas 4
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452 Chamanes y hechiceros<br />
con sus crías. Había muchas c<strong>las</strong>es <strong>de</strong> patos, cisnes y un gavilán.<br />
El candidato recorrió todos aquellos mares; algunos eran salados<br />
y otros estaban tan calientes que no pudo acercarse a <strong>las</strong> oril<strong>las</strong>.<br />
Después <strong>de</strong> recorrer los mares, el candidato alzó la frente y vio<br />
hombres <strong>de</strong> diversas naciones en lo alto <strong>de</strong>l árbol. Estaban allí los<br />
samoyedos tavgis, los rusos, los dolganes, los yakutos y los tunguses.<br />
Escuchó unas voces: «Se ha <strong>de</strong>cidido que tengas un tambor<br />
(es <strong>de</strong>cir, la caja <strong>de</strong> un tambor) hecho con ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> <strong>las</strong> ramas<br />
<strong>de</strong> este árbol». El empezó entonces a volar con <strong>las</strong> aves <strong>de</strong> los mares.<br />
Cuando abandonó la orilla, el Señor <strong>de</strong>l Árbol lo llamó: «Mi rama<br />
acaba <strong>de</strong> caer; tómala y hazte <strong>de</strong> ella un tambor que te servirá<br />
durante toda tu vida». La rama tenía tres horquil<strong>las</strong>, y el Señor <strong>de</strong>l<br />
Árbol le mandó que se hiciera con el<strong>las</strong> tres tambores, que habrían<br />
<strong>de</strong> ser guardados por tres mujeres, y cada uno <strong>de</strong> los cuales habría<br />
<strong>de</strong> servir para una ceremonia distinta, el primero para actuar sobre<br />
<strong>las</strong> mujeres en el parto, el segundo para curar enfermeda<strong>de</strong>s y el<br />
tercero para buscar a los hombres perdidos en la nieve.<br />
El Señor <strong>de</strong>l Árbol dio también otras ramas a todos los hombres<br />
que había en lo alto <strong>de</strong>l abedul. Pero, emergiendo hasta el pecho<br />
en forma humana <strong>de</strong>l tronco, dijo: «Sólo una rama doy a los que<br />
no son chamanes, pues la guardo para el resto <strong>de</strong> la humanidad.<br />
Con ella podrán hacer casas y servirse <strong>de</strong> ella para sus necesida<strong>de</strong>s.<br />
Yo soy el Árbol que da la vida a todos los hombres». Sujetando<br />
su rama, el candidato se dispuso a empren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> nuevo el vuelo,<br />
pero volvió a escuchar una voz humana, que esta vez le revelaba <strong>las</strong><br />
virtu<strong>de</strong>s medicinales <strong>de</strong> <strong>las</strong> siete plantas y le daba instrucciones<br />
acerca <strong>de</strong> cómo <strong>de</strong>bía ejercer su oficio <strong>de</strong> chamán. Pero, añadió la<br />
voz, tendría que casarse con tres mujeres (cosa que hizo realmente<br />
más tar<strong>de</strong>, adoptando a tres muchachas huérfanas a <strong>las</strong> que había<br />
curado <strong>de</strong> la viruela).<br />
Después <strong>de</strong> esto llegó a un mar sin oril<strong>las</strong> don<strong>de</strong> encontró<br />
árboles y siete piedras. Las piedras le hablaron una <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> otra.<br />
La primera tenía dientes como los <strong>de</strong> los osos y una cavidad en<br />
forma <strong>de</strong> cestillo, y le reveló que era la piedra que sujeta la tierra;<br />
con su peso asegura los campos para que no puedan ser arrebatados<br />
por el viento. La segunda servía para fundir el hierro. Se quedó<br />
con aquel<strong>las</strong> piedras durante siete días y <strong>de</strong> este modo aprendió<br />
cuáles eran sus utilida<strong>de</strong>s para los hombres.<br />
Entonces, sus dos guías, el armiño y el ratón, lo condujeron<br />
hasta una montaña alta y <strong>de</strong> forma redon<strong>de</strong>ada. Vio ante sí una<br />
hendidura y por ella penetró en una caverna luminosa, cubierta<br />
<strong>de</strong> espejos, en medio <strong>de</strong> la cual había algo que parecía una hoguera.<br />
Vio allí dos mujeres, <strong>de</strong>snudas pero cubiertas por sus cabellos,<br />
Sueño iniciático <strong>de</strong> un chamán 453<br />
como renos; vio entonces que allí no había ninguna hoguera, sino<br />
que la luz <strong>de</strong>scendía <strong>de</strong> lo alto, a través <strong>de</strong> una abertura. Una <strong>de</strong><br />
<strong>las</strong> mujeres le dijo que estaba embarazada y que iba a dar a luz dos<br />
renos; uno sería el animal sacrificial <strong>de</strong> los dolganes y los evenkis,<br />
y el otro lo sería <strong>de</strong> los tavgis. También le dio un mechón <strong>de</strong> pelo<br />
que le habría <strong>de</strong> ser muy útil cuando ejerciera su oficio <strong>de</strong> chamán<br />
en relación con los renos. La otra mujer también dio a luz dos<br />
renos, símbolo <strong>de</strong> los animales que sirven <strong>de</strong> ayuda a los hombres<br />
en sus trabajos y que les proporcionan alimento. La caverna tenía<br />
dos aberturas, una hacia el norte y otra hacia el sur, y <strong>las</strong> jóvenes<br />
mujeres enviaron por cada una <strong>de</strong> el<strong>las</strong> un reno para que sirviera<br />
a los pueblos <strong>de</strong>l bosque (los dolganes y los evenkis). También<br />
la segunda mujer le dio un mechón <strong>de</strong> pelo. Cuando ejerce sus<br />
funciones <strong>de</strong> chamán, se vuelve con el pensamiento hacia la caverna.<br />
Llegó <strong>de</strong>spués el candidato a un <strong>de</strong>sierto y vio allí una montaña<br />
a lo lejos, a la que llegó al cabo <strong>de</strong> tres días <strong>de</strong> camino. Penetró<br />
por una abertura y se encontró con un hombre <strong>de</strong>snudo que accionaba<br />
un fuelle. Sobre el fuego había un cal<strong>de</strong>ro «tan gran<strong>de</strong> como<br />
media tierra». Lo vio el hombre <strong>de</strong>snudo y lo sujetó con un par <strong>de</strong><br />
tenazas. El novicio sólo tuvo tiempo para pensar: «¡Soy hombre<br />
muerto!». El hombre le arrancó la cabeza, le partió el cuerpo en<br />
pedazos y lo arrojó en el cal<strong>de</strong>ro. Su cuerpo estuvo cociendo <strong>de</strong>ntro<br />
durante tres días. Había allí también tres yunques, y el hombre<br />
<strong>de</strong>snudo estuvo forjando en uno <strong>de</strong> ellos su cabeza, precisamente<br />
en el yunque en que son forjados los buenos chamanes. Metió luego<br />
la cabeza en una <strong>de</strong> <strong>las</strong> tres ol<strong>las</strong> que había allí, en la que estaba<br />
el agua más fría. Entonces reveló al candidato que, cuando le llamaran<br />
para curar a alguien, si el agua <strong>de</strong>l puchero ritual estaba<br />
muy caliente, no tenía objeto alguno ejercer en ese caso <strong>las</strong> artes<br />
chamánicas, porque el hombre ya estaba perdido. Si el agua estaba<br />
tibia, es que el hombre estaba enfermo, pero podría recuperarse.<br />
El agua fría era indicio <strong>de</strong> que el hombre estaba sano.<br />
El herrero fue pescando entonces los huesos <strong>de</strong>l chamán en un<br />
río, en que estaban flotando, los juntó y recubrió <strong>de</strong> nuevo con<br />
carne. Los contó y le dijo que ahora tenía tres huesos <strong>de</strong> más.<br />
Luego tendría que proporcionarle <strong>las</strong> vestiduras <strong>de</strong> chamán. Forjó<br />
su cabeza y le enseñó a leer <strong>las</strong> letras que hay <strong>de</strong>ntro. Cambió<br />
sus ojos, y por eso, cuando ejerce su oficio <strong>de</strong> chamán, no ve con<br />
sus ojos corporales, sino con los ojos místicos. Horadó sus orejas,<br />
con lo que le dio la capacidad <strong>de</strong> escuchar el lenguaje <strong>de</strong> <strong>las</strong> plantas.<br />
Entonces el candidato se encontró en lo alto <strong>de</strong> la montaña, y finalmente<br />
<strong>de</strong>spertó en su yurta, en medio <strong>de</strong> su familia. A partir <strong>de</strong>