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Historia de las Creencias Religiosas 4

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De sprecio <strong>de</strong> <strong>las</strong> Escrituras 531<br />

249. LA IMPORTANCIA DE LA POSTURA SEDENTE<br />

Mientras permanecí en el pabellón <strong>de</strong>l Zen, en T c ien-t c ung [China],<br />

el venerable Ching acostumbraba permanecer sentado y en vela<br />

hasta <strong>las</strong> primeras horas <strong>de</strong>l día, y luego, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tomarse un<br />

breve <strong>de</strong>scanso, se levantaba <strong>de</strong> nuevo temprano para volver a<br />

sentarse. Nosotros acudíamos a la sala <strong>de</strong> la meditación para sentarnos<br />

con los <strong>de</strong>más ancianos, sin faltar ni una sola noche. Entre<br />

tanto, muchos monjes se iban quedando dormidos. El anciano pasaba<br />

entonces entre ellos y golpeaba a los dormidos con el puño<br />

o con una zapatilla, gritándoles para que se <strong>de</strong>spertaran. Si a pesar<br />

<strong>de</strong> todo seguían dormidos, salía al vestíbulo y hacía sonar la campana<br />

para llamar a los monjes y que acudieran a otra sala aparte,<br />

don<strong>de</strong> les hacía una lectura a la luz <strong>de</strong> un candil.<br />

«¿De qué sirve que os reunáis en la sala únicamente para quedaros<br />

dormidos? ¿Sólo para esto abandonasteis el mundo e ingresasteis<br />

en <strong>las</strong> ór<strong>de</strong>nes sagradas? ¿Acaso hay entre los laicos, sean<br />

emperadores, príncipes o magistrados, alguien que lleve una vida<br />

<strong>de</strong> holganza? El gobernante tiene que cumplir los <strong>de</strong>beres que<br />

incumben al soberano, sus ministros tienen que prestar servicio<br />

con lealtad y <strong>de</strong>voción, y el pueblo común tiene que trabajar para<br />

hacer productiva la tierra. Nadie lleva una vida <strong>de</strong> holganza. Librarse<br />

<strong>de</strong> estas cargas y llevar luego una vida ociosa en un monasterio,<br />

¿para qué serviría esto? Gran<strong>de</strong> es el problema <strong>de</strong> la vida<br />

y <strong>de</strong> la muerte, y nuestra vida efímera pasa como en un vuelo.<br />

En estas verda<strong>de</strong>s están <strong>de</strong> acuerdo todas <strong>las</strong> escue<strong>las</strong>, tanto <strong>las</strong><br />

escriturísticas como <strong>las</strong> meditativas. ¿Qué c<strong>las</strong>e <strong>de</strong> enfermedad<br />

nos aguarda esta noche, qué c<strong>las</strong>e <strong>de</strong> muerte nos acecha para mañana?<br />

Mientras vivimos, no practicar la Ley <strong>de</strong> Buda y pasar en<br />

cambio el tiempo durmiendo es el colmo <strong>de</strong> la locura. Y por culpa <strong>de</strong><br />

semejante locura está hoy el budismo en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia. Cuando estaba<br />

en su apogeo, los monjes se consagraban a la práctica <strong>de</strong> permanecer<br />

sentados en meditación (zazen), pero hoy apenas se insiste en que<br />

es preciso permanecer sentados, y por ello el budismo pier<strong>de</strong> terreno...».<br />

En otra ocasión le dijeron sus oyentes: «Los monjes están<br />

muy fatigados y algunos <strong>de</strong> ellos enfermos; otros piensan abandonar<br />

el monasterio, y todo porque se les exige permanecer <strong>de</strong>masiado<br />

tiempo sentados en meditación. ¿No se podría acortar el<br />

tiempo <strong>de</strong>dicado a permanecer sentados?». El maestro se indignó<br />

mucho. «Eso sería un error. Un monje que no se haya consagrado<br />

sinceramente a la vida religiosa se quedará dormido el cabo <strong>de</strong><br />

media o una hora. Pero el que se ha consagrado a ella sincera-<br />

mente, que está resuelto a perseverar en la disciplina religiosa, llegará<br />

a sentir alegría al practicar la postura se<strong>de</strong>nte, sin que le<br />

importe que sea durante mucho tiempo. Cuando yo era joven,<br />

acostumbraba visitar a los aba<strong>de</strong>s <strong>de</strong> muchos monasterios, y uno<br />

<strong>de</strong> ellos me explicó: 'Antes solía yo golpear con tanta fuerza a los<br />

monjes dormidos que se me llegó a romper el puño. Ahora soy<br />

viejo y débil, por lo que no puedo golpearlos con fuerza suficiente.<br />

El resultado es que ya no se pue<strong>de</strong>n formar buenos monjes. En<br />

muchos monasterios, el superior ya no insiste lo suficiente en que<br />

es preciso permanecer sentados, y por eso el budismo está en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia.<br />

Cuanto más fuerte los golpeas, mejor será'. Esto es lo<br />

que me aconsejó».<br />

Del Shobo genzS zuimonki, 50-52; cf. W. Theodore<br />

<strong>de</strong> Bary (ed.), Sources of Japanese Tradition (op.<br />

cit.), 253-254.<br />

250. DESPRECIO DE LAS ESCRITURAS<br />

Hay maestros <strong>de</strong>l Zen que se unen para negar a coro que los sütras<br />

contengan la verda<strong>de</strong>ra doctrina <strong>de</strong> Buda. «La verdad esencial se<br />

transmite personalmente <strong>de</strong> uno a otro patriarca. Sólo en la transmisión<br />

<strong>de</strong> uno a otro patriarca pue<strong>de</strong>n encontrarse los exquisitos<br />

y profundos secretos <strong>de</strong> Buda». Tales afirmaciones representan el<br />

colmo <strong>de</strong> la locura, y son palabras <strong>de</strong> locos. En la tradición genuina<br />

<strong>de</strong> los patriarcas no hay nada secreto o especial, ni una sola palabra<br />

o frase que no esté <strong>de</strong> acuerdo con los sütras budistas. Tanto los<br />

sütras como la transmisión <strong>de</strong> los patriarcas representan por igual<br />

la genuina tradición que arranca <strong>de</strong> Shakyamuni Buda. La única<br />

diferencia está en que la transmisión <strong>de</strong> los patriarcas se realiza<br />

directamente <strong>de</strong> persona a persona. ¿Quién se atreverá, por tanto,<br />

a ignorar los sütras <strong>de</strong> Buda? ¿Quién se negará a estudiarlos,<br />

quién se negará a recitarlos?<br />

Con razón se viene diciendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antiguo: «Eres tú el que<br />

te extravías en los sütras, no son los sütras los que te extravían».<br />

Entre nuestros dignos pre<strong>de</strong>cesores hubo muchos que estudiaron<br />

<strong>las</strong> Escrituras. Habría que <strong>de</strong>cir, por consiguiente, a esos <strong>de</strong>slenguados:<br />

«Prescindir <strong>de</strong> los sütras <strong>de</strong> Buda, como vosotros <strong>de</strong>cís,<br />

sería tanto como rechazar el pensamiento <strong>de</strong> Buda, rechazar el<br />

cuerpo <strong>de</strong> Buda. Y rechazar el pensamiento y el cuerpo <strong>de</strong> Buda<br />

os tanto como rechazar a los hijos [seguidores] <strong>de</strong> Buda. Rechazar<br />

a los hijos <strong>de</strong> Buda es tanto como rechazar la doctrina <strong>de</strong> Buda.<br />

Y si es que hemos <strong>de</strong> rechazar hasta la doctrina <strong>de</strong> Buda, ¿qué

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