Historia de las Creencias Religiosas 4
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440 Chamanes y hechiceros<br />
te. Las graves crisis que acompañan a la elección <strong>de</strong>l futuro chamán<br />
han <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como pruebas iniciáticas. Toda iniciación supone<br />
la muerte y resurrección simbólicas <strong>de</strong>l neófito. En los sueños<br />
y alucinaciones <strong>de</strong>l futuro chamán po<strong>de</strong>mos advertir el esquema<br />
clásico <strong>de</strong> la iniciación. En efecto, es torturado por los <strong>de</strong>monios,<br />
su cuerpo es <strong>de</strong>scuartizado, <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> al mundo inferior o ascien<strong>de</strong><br />
al cielo y, finalmente, resucita. Todo esto equivale a <strong>de</strong>cir que adquiere<br />
un nuevo modo <strong>de</strong> ser, que le capacita para mantener relaciones<br />
con los mundos sobrenaturales. El chamán será un individuo<br />
capaz <strong>de</strong> «ver» a los espíritus, y él mismo se comporta como un<br />
espíritu. Pue<strong>de</strong> abandonar su cuerpo y viajar en éxtasis por <strong>las</strong><br />
regiones cósmicas. Sin embargo, la experiencia extática por sí sola<br />
no es capaz <strong>de</strong> convertir a un individuo en chamán. El neófito ha<br />
<strong>de</strong> ser instruido por maestros capacitados en todo lo referente a <strong>las</strong><br />
tradiciones religiosas <strong>de</strong> la tribu, y también se le enseña a reconocer<br />
<strong>las</strong> diversas enfermeda<strong>de</strong>s y a curar<strong>las</strong>.<br />
En ciertos pueblos siberianos es un acontecimiento público la<br />
consagración <strong>de</strong>l chamán. Entre los buriatos, por ejemplo, el neófito<br />
se sube a un abedul, símbolo <strong>de</strong>l árbol cósmico, y al hacerlo se<br />
supone que está subiendo al cielo. La ascensión al cielo es una <strong>de</strong><br />
<strong>las</strong> características propias <strong>de</strong>l chamanismo <strong>de</strong> Siberia y el centro <strong>de</strong><br />
Asia. Cuando se celebra el sacrificio <strong>de</strong>l caballo, el chamán altaico<br />
ascien<strong>de</strong> en éxtasis al cielo para ofrecer al dios celeste el alma <strong>de</strong>l<br />
animal sacrificado. Realiza su ascensión subiendo por el tronco<br />
<strong>de</strong>l abedul, preparado con nueve escotaduras, cada una <strong>de</strong> <strong>las</strong> cuáles<br />
simboliza un <strong>de</strong>terminado cielo.<br />
La función más importante <strong>de</strong>l chamán es curar enfermeda<strong>de</strong>s.<br />
Como es creencia común que la enfermedad consiste en haber<br />
perdido la propia alma, el chamán tiene que buscar primero si el<br />
alma <strong>de</strong>l enfermo se ha extraviado lejos <strong>de</strong>l poblado o ha sido arrebatada<br />
por los <strong>de</strong>monios y está <strong>de</strong>tenida en el mundo inferior. En<br />
el primer caso no resulta difícil la curación; el chamán captura<br />
el alma y la <strong>de</strong>vuelve al cuerpo <strong>de</strong>l enfermo. En el segundo caso,<br />
tiene que <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r al mundo inferior, empresa complicada y llena<br />
<strong>de</strong> riesgos. Igualmente dificultoso resulta el viaje <strong>de</strong>l chamán al otro<br />
mundo para acompañar a <strong>las</strong> almas <strong>de</strong> los muertos hacia su nueva<br />
morada. El chamán va relatando a todos los presentes <strong>las</strong> inci<strong>de</strong>ncias<br />
<strong>de</strong> este viaje según van ocurriendo.<br />
198. INICIACIÓN DE UN HECHICERO<br />
(tribu Wiradjuri, su<strong>de</strong>ste <strong>de</strong> Australia)<br />
Mi padre es Yibai-dthulin. Cuando yo era aún muy niño, me llevó<br />
a la selva y me enseñó para que fuera un wulla-mullung. Apretó<br />
contra mi pecho dos gran<strong>de</strong>s cristales <strong>de</strong> cuarzo, que <strong>de</strong>saparecieron<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mí. Yo no sé por dón<strong>de</strong> pasaron, pero los sentí por<br />
<strong>de</strong>ntro como una cosa caliente. Esto era para hacerme hábil y capaz<br />
<strong>de</strong> hacer cosas. Me dio también otras cosas como cristales <strong>de</strong> cuarzo<br />
en agua. Parecían <strong>de</strong> hielo y el agua sabía dulce. Después <strong>de</strong> aquello<br />
me ocurría ver cosas que mi madre no era capaz <strong>de</strong> ver. Cuando<br />
iba con ella, yo solía <strong>de</strong>cirle muchas veces: «¿Qué es aquello como<br />
hombres que caminan?». Y ella me contestaba: «Niño, no hay<br />
nada». Eran los jir (espíritus) que yo empezaba a ver entonces.<br />
Cuando tuve ya unos diez años, fui llevado al burbung' 1 y vi<br />
lo que los ancianos eran capaces <strong>de</strong> hacer, y cuando me sacaron el<br />
diente, los ancianos corrieron <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> mí con sus wallungs 2 en la<br />
boca, gritando «ngai, ngai», y moviendo <strong>las</strong> manos hacia mí. Pasé<br />
algún tiempo en la selva, y mientras yo estaba allí venía a verme<br />
mi anciano padre. El me dijo: «Acércate aquí», y me mostró entonces<br />
un trozo <strong>de</strong> cristal <strong>de</strong> cuarzo que llevaba en la mano, y<br />
mientras yo lo miraba, se hundió en la tierra y luego lo vi salir<br />
cubierto <strong>de</strong> polvo rojo. Aquello me dio mucho miedo. El me dijo<br />
entonces: «Acércate a mí», y yo me acerqué, y él me dijo: «Trata<br />
<strong>de</strong> sacar un wallung». Yo lo hice y saqué uno. El me dijo entonces:<br />
«Ven conmigo a este lugar». Yo le vi <strong>de</strong> pie junto a un hoyo que<br />
había en el suelo y que era la entrada a una tumba. Entré y vi un<br />
hombre muerto, que me restregó todo el cuerpo para hacerme<br />
hábil y me dio algunos wallungs. Cuando salimos fuera, mi padre<br />
me sañaló un gunr (serpiente tigre), diciéndome: «Este es tu<br />
budjan 3 , y también es el mío». Había una cuerda atada a la cola<br />
<strong>de</strong> la serpiente y extendida hasta nosotros. Era una <strong>de</strong> <strong>las</strong> cuerdas<br />
que los médicos se sacan <strong>de</strong>l cuerpo, que <strong>las</strong> llevan enrolladas<br />
juntas.<br />
La tomó y dijo: «Sigámosla». La serpiente tigre pasó junto<br />
a muchos troncos <strong>de</strong> árboles, y nosotros la seguimos. Luego llegamos<br />
junto a un gran árbol currajong, y seguimos a<strong>de</strong>lante, y <strong>de</strong>spués<br />
llegamos a un árbol que tenía un gran bulto en sus raíces.<br />
1 Las ceremonias <strong>de</strong> iniciación.<br />
2 Cristales <strong>de</strong> cuarzo.<br />
3 El budjan es un tótem secreto.