Ecuador

Mujeres, Empoderamiento y Trabajo Informal en Ecuador
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En la trayectoria de Silvia se percibe asimismo
la construcción de elementos identitarios en
torno al trabajo de vendedor ambulante. Su
familia se dedicó tradicionalmente a la venta de
cristos elaborados con madera. Desde los 11
años, ella acompañaba a su padre que salía a
venderlos por regiones aledañas. A los 13,
comenzó a trabajar de empleada doméstica
puertas adentro para colaborar con los
ingresos del hogar. Según señala en su relato,
se casó a los 15. Así narra su experiencia como
vendedora ambulante:
¿Cuándo empezó a ayudar a sus padres
a vender? ¿A qué edad?
– Desde los 11 años. Sí, mi padre nos
enseñó a recorrer, a trabajar.
¿Y por dónde salían?
– Nosotros salíamos ese tiempo era por
el norte, por el aeropuerto, nos llevaba a
Machachi, nos llevaba a Ambato, sabía
mos recorrer con mi padre.
¿Y siempre vendiendo los cristos?
– Siempre los cristos. (E 8, Silvia).
A ella le gustaba el trabajo de vendedora
ambulante, sin embargo la inestabilidad que
la actividad implica y la urgencia económica
presionaron para que se dedicara al empleo
doméstico:
“Siempre me gustaba el negocio, pero como
no podíamos, o sea, tener una posibilidad de
un puesto seguro, como decir... solo, trabajo
como empleada doméstica”. (E 8, Silvia).
En las configuraciones de sentidos construidas
en torno a la venta minorista intervienen
designaciones que provienen de distintos
ámbitos. En ellos, el Estado construye de
diversos modos a los sujetos destinatarios de
sus políticas públicas y a la actividad que
realizan. Mónica hace referencia a dicho proceso:
“Anteriormente nosotros nos reconocían
como comerciantes minoristas, como comerciantes.
En el momento de aprobar la Constitución,
nos reconocen como trabajadores
autónomos por cuenta propia, ese es el
nombre general, unificado para nosotros. Es
lo mismo que ser comerciante minorista o
como ser trabajador autónomo”. (E 7, Mónica).
Tal como menciona Mónica, en la Constitución
se reconocen el trabajo autónomo y por cuenta
propia realizado en espacios públicos y se
prohíbe toda forma de confiscación de sus
productos, materiales o herramientas de trabajo.
Sin embargo, el trabajo autónomo y por
cuenta propia no está regulado ni por el Ministerio
del Trabajo ni está tampoco bajo la jurisdicción
de la política de producción. Por lo
tanto, las y los comerciantes minoristas no
tienen un reconocimiento oficial en tanto “trabajadores/as”.
La recurrencia al trabajo y a la
legitimidad de la ocupación del espacio público
opera, por un lado, como elemento identitario
de las comerciantes, fortaleciendo el sentido
de pertenencia, y por otro, colabora con la
construcción de una imagen positiva hacia
los/as trabajadores/as ambulantes. En una
ocasión Marta señala:
“Porque nosotros venimos, salimos viernes,
sábado y domingo y esto está pintado (tipo…) y
aquí es una alegría que el barrio le da. Cuando
nosotros no estamos no hay nada. (...) Nosotros
le damos mucha vida al barrio”. (E3, Marta).