Ecuador
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88 ECUADOR<br />
Entre las principales motivaciones para participar<br />
en la venta directa por catálogo, las<br />
mujeres valoran la autonomía en tiempos y<br />
espacios para conciliar el trabajo remunerado<br />
y los cuidados en el hogar, la obtención de<br />
“ingresos extra” y la facilidad para el consumo<br />
familiar de los productos. Las vivencias de<br />
estas mujeres están atravesadas por la conformación<br />
de sus hogares actuales, así como por<br />
experiencias de separación y constitución de<br />
nuevos hogares, y por diversos eventos<br />
(muerte o enfermedad de familiares) que marcaron<br />
un punto coyuntural en el acceso al mercado<br />
laboral de las vendedoras y/o la búsqueda<br />
de estrategias de sostenimiento familiar. En<br />
este sentido, no existe una estructura de<br />
restricción per se para ingresar en la actividad<br />
de venta directa; más bien es una estrategia<br />
para enfrentar las otras restricciones existentes<br />
en el mercado laboral, además de las carencias<br />
de ingresos y la falta de conocimientos o<br />
calificación para el trabajo.<br />
La participación en el comercio minorista, en<br />
cambio, está condicionada por una serie de<br />
variables que afectan de modos diversos a los<br />
dos tipos de trayectorias. Además de los<br />
procesos migratorios, otros importantes condicionantes<br />
para participar en la venta minorista<br />
son el embarazo y el matrimonio, y con ellos la<br />
responsabilidad de cuidar de los/las hijos/as,<br />
que recae casi exclusivamente en las mujeres.<br />
Además de estas, operan una serie de restricciones<br />
impuestas que, articuladas entre sí<br />
(restricciones intrínsecas y restricciones<br />
impuestas), configuran una compleja trama de<br />
dominación que precariza de forma específica<br />
el trabajo y la vida de las comerciantes minoristas,<br />
sin que ello impida que se den procesos o<br />
dinámicas de empoderamiento relativos, en el<br />
plano individual y en el colectivo. Las restricciones<br />
impuestas se vinculan con el bajo nivel<br />
educativo, que opera en la segregación de las<br />
mujeres de los trabajos formales; las dinámicas<br />
de las crisis económicas en el plano macro y el<br />
de las unidades familiares, a partir de las<br />
cuales la venta minorista aparece como la principal<br />
alternativa ante períodos de urgencia o<br />
ante fenómenos extraordinarios (accidentes,<br />
muertes, quiebres económicos) que actúan<br />
como ruptura de las trayectorias previstas (este<br />
factor condicionante se observa mayormente<br />
en las trabajadoras con trayectorias híbridas).<br />
Una variable que incide en aquellas que nunca<br />
se han insertado en el mercado asalariado de<br />
trabajo es la tradición laboral familiar y el sentido<br />
de pertenencia que hacia ella se configura,<br />
especialmente en el comercio minorista.<br />
Otra serie de estructuras de restricciones<br />
impuestas proviene de las políticas públicas y<br />
del mercado, o más específicamente, de la<br />
forma de organizar el trabajo en el sector, y<br />
ambas se vinculan con el estatuto del trabajo.<br />
En lo que respecta a la venta directa, la principal<br />
estructura de restricción impuesta consiste<br />
en el precario estatuto de trabajo del que goza<br />
esta modalidad. La naturaleza flexible de la<br />
organización social y la ideología empresarial<br />
se han encargado de consolidar la idea-fuerza<br />
del modelo feminizado del trabajador independiente.<br />
Los empresarios niegan la existencia<br />
de cualquier relación laboral de dependencia<br />
con las vendedoras, a quienes asumen como<br />
“clientas” (Figueiredo, s/f).