Obras Espírituales que encaminan a una alma, a la mas perfecta Unión con Dios, Segunda Parte

LLAMA DE AMOR VIVA. CAK.C. IIÍ,
mU en que Dios le eílabá dé íecieco
poniciuio güilo. Y acaecerá,
nue cíie Dios poifiando por tenerla
en aquella quietad callada i y ella
porfiando , por vocear con la ima^
ginacion , y por caminar cort ci entendimiento
: como á ios muchachos^
que llevándolos fus madres en brazos
, ün que ellos den paíío s vart
gritando, y pateando por irle por*
fu pie : y afsi ni andan ellos á ni dejan
andar á las madres. O como
quando el pintor eftá pintando una
imagen , que íi ella eftá ríierteandofe,
no le deja hacer nada. Ha dd
advertir el akna s qué aunqué en-^
tonces ella no fe íienté caminar j
mucho mas camina j qué por fus pies:
porque la lleva Dios en fus brazosí
y afsi ella no íienté el paííb. Y aunque
ella parece, que no hace nada^
mucho mas fe hace s que íí ella lo
hiciera j porque Dios es el obrero.
Y íi ella no lo echa dé ver s no es
maravilla Í porque lo que Dios obra
en el alma , no lo alcanza el fen^
tido } porque es en Hlencio 5 en eí
qual ( como dice el Sabio) fe oyen
las palabras de la Sabiduría. Dejefe
en las manos de Dios ^ y fiefe de eis
que como efto fea , fegura irá ? que
no hay peligro , íino quando ella
quiere de fuyo 3 ó por fu traza obrar
ea las potencias.
§. XVII.
BOlvamoSj pues, al propoíítodé
eftas cavernas profundas dé las
potencias s en que decimos, qué el
padecer del alma fucle fer grande,'
fiando la anda Dios ungiendo , y
deponiendo, para unirla cortíigo cori
^os fútiles, y delicados ungüentos-
^ quales ion yá tan fútiles, y filaos
t que penetrando lo intimo deí
^rna 5 la aponen , y faboreail de
1 en deíco con inmenlb vacio
de ellas cavernas , es ímnenfo. Ádon*
de havemos dé notar, que íi los ungüentos
t que difponian eftas cavernas
para la unión del matrimonio
efpiritualj ion tan fubidos ^ como havemos
dicho, ¿qual ferá la poírefsiori
que aora tienen í CiértO és y qué conforme
á la fed j y hambre ¿ y pafíiort
dé lás cavernas ^ férá la fátiffaccion
j y hartnra j y deleité de ellas.
Y conforme á la delicadez de las dit
poíiciones ferá él primor dé la fruii-.
don | y poíTefsioil del fentido del
alma , que es eí vigor i f virtud *
que tiene lá fuftanciá del alma y para
fentk, y gozar ios objetos dé las
potencias. A eftas potencias llama,
aqui éí alrria cavernas harto propiamente.
Porque coirid íierttejqLití
caben en élias las profundas intein
gencias s y refpiandorés dé éftás lamparas
y echa de veí cldrámenté , que!
tiénén tanta profundidad ^ qüanto es
profunda la intéiig;ertcia Í y él áníort
y qué tienen tanta capacidad Í y fénos,
quantas califas diftlrttas fecibd
de inteligencias de fabores, y gozos:
rodas las quales cofas fe áfsientans
y reciben en efta cavemá del fentido
del alma y qué és k virtud C£*
paz, que tiene para poíleerlo , fért-^
tirio y y guftarlo , como digo. Afsi
como él ferttido común de la failta--
íía es receptáculo dé todos los objetos
dé ios ferttidos exteriores á afsi
efte fentido común del alma eftá ilu£>
trado , y rico cort tan alfa y y «fcl^
íecida poírefsion*
VERSO
IV.
Qué ejlabd efeuró , y ctegú.
POR dos cofas puede eí ojo dejar
de ver. O porque eftá á
eicürás, ci parque eftá ciégo. Dio*
es la luz, y el vei'dadelo objeto del
alma > y quando efta no le alumbra,
eílá á éfeurasi áuaqu* la vifta ten-
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