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No le mates ensenale - Karen Pryor

El arte de enseñar y adiestrar

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negativos y las correcciones, los efectos resultantes son extremadamente obvios

cuando te paras a buscarlos. He asistido a competiciones de obediencia a escala

nacional y me he sorprendido con la cantidad de rostros sombríos, colas entre las

patas y movimientos cautelosos e inhibidos de muchos de los perros de élite. Ve a

cualquiera de los centros de equitación y dime si crees que los caballos están

contentos. La mayoría de la gente, incluso los profesionales de la equitación, y hasta

aquellos que se consideran adiestradores modernos y humanitarios, no saben ni cómo

reconocer a un caballo alegre. Nunca han visto ninguno.

Los reforzadores negativos pueden ser benignos, como se ha expuesto anteriormente

en el caso de la llama tímida. El perro de mi hija es cariñoso y le gusta el rostro del

bebé. Al bebé de un año le gusta el perro pero no le gusta que le lama la cara. Ha

aprendido que si pone sus manos por delante y hace un sonido de protesta, el perro lo

deja en paz. Ahora, cuando el perro se acerca moviendo su cola, el niño transmite a

su modo el «¡De ninguna manera!» y se anticipa al lametazo. El bebé está feliz con su

nuevo comportamiento y en ocasiones lo aplica (con peores resultados) con sus

padres y hermanos. Pero en general, el reforzamiento negativo es una técnica

inapropiada para bebés. Resulta difícil desalentar a un niño a que deje de hacer lo que

necesita o quiere mediante contingencias aversivas. Los bebés no entienden de

tiempos muertos ni de llamadas de atención. El bebé que comienza a andar e intenta

alcanzar las figuras de porcelana que están sobre la mesita en casa de la abuela, muy

probablemente ignore el aviso «¡No!» y gemirá y continuará intentándolo si se le da

un manotazo en las manos. Es más eficaz utilizar el método 8 (cambiar la

motivación) y poner los objetos lejos de su alcance, o el método 5 (enseñarle un

comportamiento incompatible) y darle otro objeto con el que jugar, o combinar

ambos métodos. Los niños no están programados para aprender con facilidad a evitar

lo aversivo, aunque son capaces de aprender con rapidez con el reforzamiento

positivo. Uno puede deducir de esto que los bebés nacen para satisfacerse, no para

obedecer.

Las crías de otras especies también aprenden con mayor facilidad mediante el

reforzamiento positivo y les desconcierta o asusta el castigo y los reforzadores

negativos. Los adiestradores de perros convencionales normalmente desaconsejan los

ejercicios de obediencia hasta que el cachorro tiene seis meses. La razón que dan es

que el cachorro es demasiado joven para aprender; pero realmente el verdadero

problema es que este adiestramiento generalmente es aversivo, y el cachorro es

demasiado joven para aprender de ese modo. Con premios, caricias y comida, puedes

enseñar a un cachorro prácticamente cualquier cosa, comenzando incluso antes del

destete, pero si le pones un collar de castigo y tratas de forzarle a que camine junto a

ti, se siente, o se quede quieto, lo asustarás antes de que seas capaz de enseñarle algo.

www.lectulandia.com - Página 110

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