No le mates ensenale - Karen Pryor
El arte de enseñar y adiestrar
El arte de enseñar y adiestrar
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la habitación con sus manos fuertemente unidas a la espalda durante periodos de
hasta un minuto, mucho tiempo realizando un comportamiento sin recibir
reforzamiento pero se mostraba diligente, hasta que la audiencia convino que el
comportamiento estaba completamente establecido y rompió en aplausos (ese es el
refuerzo para el entrenador, dicho sea de paso, y casi siempre ocurre de forma
espontánea). Ron, que adiestra distintos animales en sus investigaciones, y que
sostenía insistentemente que a él «no se le podía entrenar», no era consciente de que
mantener sus manos fuertemente unidas a la espalda era ahora un comportamiento
moldeado, y no tan solo un gesto involuntario.
Lo que se demuestra de este modo no es una maquiavélica naturaleza del
adiestramiento basado en el reforzamiento sino nuestro habitual error de asumir que
la comunicación verbales lo único que importa y que no se puede aprender sin utilizar
el lenguaje o por lo menos algún tipo de percepción verbal. La experiencia del
aprendizaje no verbal es especialmente útil para las personas que dan gran cantidad
de instrucciones verbales en su trabajo: profesores, terapeutas, supervisores… Una
vez que has sido el «animal» puedes compadecer e incluso sentir afinidad por
cualquier sujeto que está realizando el comportamiento que estás moldeando pero que
todavía no ha comprendido lo que ha de hacer y por eso comete numerosos errores.
Así tendrás paciencia con el animal (o el niño o el paciente) que estalla en frustración
y arrebato cuando aquello que consideraba que era lo que tenía que hacer resultó no
serlo, un contratiempo que puede llevar al alumno humano casi a las lágrimas. Y una
vez que has realizado un moldeado sin articular palabra con una persona adulta es
probable que en la vida real no vuelvas a decir o pensar durante tus clases o
entrenamientos que tu alumno (animal, estudiante, o lo que sea) «me odia» o que
«deliberadamente está intentando sacarme de quicio» o «es estúpido» o «debe estar
enfermo hoy». Es evidente, durante estos ejercicios en los que todo el mundo está
participando con unanimidad y voluntariamente, que sea lo que sea lo que va mal está
en función del adiestramiento y no del aprendiz.
La perspectiva que este juego proporciona a los profesionales es parte de la diversión
(y todos los demás lo ven al mismo tiempo, no lo puedes guardar para ti solo, pero
por otro lado te das un baño de complicidad con todos los demás). Un atractivo del
juego como puro entretenimiento es que cualquiera puede jugar sin necesidad de
tener experiencia previa. Algunas personas tienen un gran talento natural para el
juego. En mi experiencia he observado que las personas intuitivas, creativas y
sensibles son excelentes moldeadores/entrenadores, y las personas tranquilas y con
capacidad de observación hacen de excelentes animales/alumnos, justo lo contrario
de lo que se podía suponer. Para terminar observar la sala llena de gente inmóvil y
absorta en el proceso de moldeado que se está realizando y a los entrenadores en
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