21.12.2021 Views

No le mates ensenale - Karen Pryor

El arte de enseñar y adiestrar

El arte de enseñar y adiestrar

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

o un veterinario de Singapur. O una señora inglesa escribe para contar que ha

enseñado a su erizo (su animal de compañía) a cobrar. En 1998 mi página web,

www.clickertraining.com, recibía 150 000 visitas al mes, desde al menos cuarenta

países distintos. Hay un rumor, una sensación de excitabilidad, en toda esta

comunicación y experimentación compartida. Los primeros tiempos del desarrollo de

cualquier tecnología deben haber sido muy similares a los primeros tiempos de la

aviación, o la radio, cuando los niños de las granjas aisladas encendían las radios de

válvulas aunque sólo fuese para oír la distante señal horaria. Somos los pioneros.

Todavía no sabemos a dónde llegaremos.

Aaron Lynch, autor de Though Contagion [26] , toma de la ciencia de la Comunicación

el concepto de comunicación especial que se requiere en la propagación de una

tecnología. Para que una tecnología se propague con rapidez tiene que tener tres

características: ser fácil, tener beneficios palpables para el usuario, y ser algo que

pueda ser aprendido en pequeños incrementos. El adiestramiento con el clicker

cumple con estas condiciones. Eso es realmente lo que ha ocurrido con los

propietarios de perros. Cuando la gente ve a un adiestrador tradicional en acción,

suele decir: «Conseguir eso debió de llevarle años, yo nunca podría hacerlo» o «mi

perro nunca sería capaz de hacer eso». Por el contrario, cuando ven un perro

adiestrado con el clicker dicen: «¿Cómo lo has hecho?». «¿Puedo hacerlo yo?».

«Enséñame». «Déjame probar»…

No puedes decir de antemano qué acontecimiento en particular será el que enganche

al nuevo grupo de usuarios. Los caballos y clientes de Alexandra Kurland trabajaban

en un enorme establo con docenas de personas observando a su alrededor todos los

días; estaban aprendiendo todo tipo de nuevos ejercicios con gran rapidez, pero los

mirones lo desechaban como «esa tontería del clicker». Hasta que un día enseñó a un

caballo a cobrar un objeto —un muñeco, como hacen los perros— y de repente todo

el mundo quería tener un caballo que cobrase: «¿Cómo lo has hecho? ¿Se lo puedo

enseñar yo también al mío?».

Recientemente Alex me escribió por e-mail: «Está hecho. Ahora no podemos poner al

genio de vuelta en la botella. Esto va a ser divertido». Espero que esté en lo cierto

sobre el genio y la botella. Pero yo sé que está en lo cierto sobre lo divertido que será.

Siempre ha sido divertido.

www.lectulandia.com - Página 167

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!