No le mates ensenale - Karen Pryor
El arte de enseñar y adiestrar
El arte de enseñar y adiestrar
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estímulo aprendido es sencillo. El sujeto ya ha interiorizado el concepto y todo lo que
tiene que hacer es aprender a identificar las nuevas señales y asociarlas con los
comportamientos correspondientes. Y dado que tú, como adiestrador, estás poniendo
todo de tu parte para hacer la señal tan evidente como te resulta posible, el
adiestramiento fluirá mucho más rápido que la laboriosa etapa inicial.
Las personas generalizamos incluso más rápido. Si premias las respuestas de una
orden aprendida, las personas rápidamente comienzan a responder a otras para
conseguir el reforzamiento. Mi amigo Lee, profesor de matemáticas de sexto grado
en uno de los distritos más duros de Nueva York, empieza siempre el curso
académico entrenando a sus pupilos a tirar los chicles. Sin coerción. Tan solo
diciendo: «Bien, un momento de atención, lo primero que vamos a hacer es sacar los
chicles de la boca. ¡Bien!, ¡oh!, un momento, Doreen todavía tiene el… ¡Fantástico!
¡Ya se lo ha sacado! Escuchemos a Doreen». También les da instrucciones al final de
la clase para volver a masticar sus chicles (utilizando el salir de clase como
reforzador). Esto puede parecer frívolo, incluso ridículo (aunque libra a Lee de tener
que ver las mandíbulas masticando, algo que no puede soportar), pero ha comprobado
que este primer ejercicio estimula a la clase ante la posibilidad de conseguir un
refuerzo por responder a sus peticiones. Por supuesto, al igual que un buen
adiestrador de ballenas asesinas, utiliza una variedad de reforzamientos —además de
buenas notas y aprobación— que incluye juegos, mirarlos con atención, salir antes de
tiempo, incluso chicles de regalo. Y por supuesto, al principio del curso, está
dispuesto a dedicarle una considerable cantidad de tiempo a los chicles, en lugar de a
las matemáticas. Sus alumnos creen que es un excéntrico con los chicles, pero han
aprendido que no habla por hablar y que compensa hacer lo que él dice, por lo que
generalmente son sensibles y atentos. Los otros profesores piensan que Lee tiene
algún tipo de talento innato para mantener a su clase en silencio y el director cree que
es un gran defensor de la disciplina. Lee piensa sencillamente que sus alumnos son lo
bastante listos como para generalizar sus respuestas y los adora por actuar de ese
modo. Y por no mascar chicles.
Caída preaprendizaje y rabietas
Poner un comportamiento bajo control por el estímulo da lugar con frecuencia a un
fenómeno interesante que yo llamo caída preaprendizaje. Has moldeado un
comportamiento y ahora lo vas a poner bajo control por el estímulo, pero justo
cuando el alumno parecía avanzar en el buen camino, de repente no sólo deja de
responder al estímulo sino que deja de responder por completo. Se comporta como si
nunca hubiese oído nada del tema. Esto puede ser de lo más desalentador para el
adiestrador. Tenías una gallina a la que habías enseñado a bailar y ahora que quieres
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