No le mates ensenale - Karen Pryor
El arte de enseñar y adiestrar
El arte de enseñar y adiestrar
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Los adiestradores tradicionales empiezan con la señal antes de comenzar el
adiestramiento de «sienta», y después empujan al perro a la posición de sentado. Tras
numerosas repeticiones el perro aprende a sentarse, para evitar que lo empujen de un
lado a otro, y en el proceso aprende que la palabra «sienta» le da la posibilidad de
evitar un fuerte tirón de la correa si realiza el comportamiento. Las señales u órdenes
convencionales son en realidad reforzadores negativos condicionados.
En el condicionamiento instrumental, por el contrario, primero moldeamos el
comportamiento. Al fin y al cabo, ¿le ordenarías al perro que hiciese algo que todavía
no es capaz de entender? Una vez que el comportamiento se ha establecido, lo
moldeamos para que lo ofrezca durante o justo después de algún estímulo concreto.
Por ejemplo, con el clicker y los refuerzos desarrollamos el comportamiento de
sentarse con rapidez, de forma nítida, durante un tiempo y con frecuencia, aquí en la
hierba y allí en la alfombra, cumpliendo criterios diversos, hasta que el perro nos
ofrece la acción de sentarse con total confianza en sí mismo y con la esperanza de
obtener el refuerzo. Ahora introducimos la señal a modo de luz verde, una
oportunidad de ganar refuerzos por ese comportamiento en concreto. Este tipo de
señales se convierte en un reforzador condicionado positivo: está garantizado que
llevan al refuerzo.
Hay varias formas de introducir la señal. Puedes realizarla justo cuando se está
iniciando el comportamiento, reforzando la finalización del mismo, y repitiendo
después la secuencia, a distintas horas y en distintos lugares, adelantando
gradualmente la señal en el tiempo hasta presentarla antes de que comience a
realizarse el comportamiento. Poco a poco el aprendiz identificará la señal como una
oportunidad para que ese comportamiento en particular sea reforzado y cuando dices
«sienta» el perro se sentará.
Un segundo método, y este es el que usamos con los delfines, consiste en alternar la
presentación de la señal. El comportamiento está sucediendo regularmente. Tú dices
«sienta» y haces click cuando lo hace. Luego dejas que realice el comportamiento una
o dos veces sin hacer click y sin reforzar. Más tarde dices «sienta» otra vez y
refuerzas que se siente después de la señal. En la misma sesión de entrenamiento
estás reforzando la respuesta de sentarse a la orden y extinguiendo la respuesta en
ausencia de la orden. Una vez que tu alumno comprende las reglas, las órdenes
nuevas pueden asociarse a los comportamientos nuevos prácticamente al instante. No
obstante, pueden surgir dificultades con animales novatos que están aprendiendo su
primera señal. El origen del problema se encuentra en el proceso denominado
extinción. La extinción hace referencia a la supresión del reforzador para un
comportamiento que anteriormente valía la pena. Es una experiencia aversiva
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