No le mates ensenale - Karen Pryor
El arte de enseñar y adiestrar
El arte de enseñar y adiestrar
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ligera y casi imperceptible del aire acondicionado en el restaurante que hace que te
cambies a otra mesa… Pero incluso estímulos aversivos intensos, desde una
humillación en público a una descarga eléctrica, pueden presentarse como
reforzadores negativos al tiempo que suponen un castigo. Quizá consideramos que
nos griten como algo sumamente punitivo, pero pronto aprenderemos a entrar al
trabajo por la puerta trasera cuando el jefe, que nos grita con frecuencia, está en la
puerta principal.
Los reforzadores negativos son estímulos aversivos que pueden bloquearse o evitarse
modificando el comportamiento. Tan pronto como se realiza el nuevo
comportamiento, el estímulo aversivo cesa, y de este modo el nuevo comportamiento
se refuerza. Supongamos que estoy sentada en la sala de mi tía y se me ocurre poner
los pies en la mesita como haría en casa. Mi tía frunce el ceño en desaprobación. Yo
pongo mis pies en la alfombra de nuevo. Su expresión se relaja. Yo me siento
aliviada.
El gesto de fruncir el ceño era un estímulo aversivo aplicado a modo de reforzador
negativo. Dado que he sido capaz de evitar el estímulo aversivo, el nuevo
comportamiento —mantener mis pies en el suelo— es más probable que ocurra de
nuevo, al menos en casa de mí tía, aunque posiblemente también en otros lugares.
El aprendizaje puede realizarse utilizando únicamente reforzadores negativos, de
hecho el adiestramiento tradicional de la mayoría de los animales domésticos se hace
de ese modo. El caballo aprende a girar a la izquierda cuando tiran de las riendas del
lado izquierdo para dejar de sentir la desagradable tensión, que cesa en cuanto realiza
el giro en esa dirección. El león vuelve a su pedestal para evitar el amenazante látigo
o la silla que el domador pone delante de su hocico.
Reforzamiento negativo no significa lo mismo que castigo. ¿Cuál es la diferencia? En
la primera edición de este libro decía que el castigo es un estímulo aversivo que se
presenta después de que se haya realizado el comportamiento que se desea modificar,
y por lo tanto no se puede evitar cambiando de idea o de comportamiento, dado que
el comportamiento no deseado ya se ha producido. Pegar al niño por traer malas notas
puede que mejore sus resultados en el futuro o puede que no, lo que sí es seguro es
que no va a cambiar las notas que ha traído en esta ocasión. Además cuando
castigamos con determinación, muchas veces lo hacemos demasiado tarde. Pero esa
no es la diferencia real entre castigo y refuerzo negativo.
Los analistas del comportamiento actualmente definen el castigo como cualquier
acontecimiento que hace que cese un comportamiento. Un niño pequeño se dispone a
introducir una horquilla en el enchufe, la madre lo separa y/o le pega en la mano y lo
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