No le mates ensenale - Karen Pryor
El arte de enseñar y adiestrar
El arte de enseñar y adiestrar
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ocurrían de forma aleatoria y esporádica a lo largo de un periodo de quince a veinte
segundos. Usando un cronómetro y estableciendo un intervalo de presentación de la
respuesta, fuimos capaces de reducir dicho intervalo a dos segundos y medio. Cada
uno de los animales sabía que para conseguir el pescado tenía que elevarse y realizar
el salto o giro requerido antes de que transcurriesen dos segundos y medio desde el
momento en que se había dado la señal. Como resultado, los animales se colocaban
bajo el agua prestando toda su atención en las proximidades de los altavoces. Cuando
se daba la señal, la piscina entraba en erupción con una explosión de cuerpos
contorneándose en el aire; era espectacular. Un día que estaba casualmente sentada
entre la audiencia, me sorprendió oír a un profesor que explicaba, totalmente
convencido, a sus compañeros que el único modo de que pudiésemos conseguir esa
respuesta era aplicando descargas eléctricas. En la vida diaria los límites de intervalo
de presentación de la respuesta corresponden a la cantidad de tiempo que estés
dispuesto a esperar desde que das la orden. Los padres, jefes y profesores que son
constantes en sus demandas, con frecuencia son considerados justos y dignos de
confianza, aun cuando los intervalos de presentación de la respuesta, las «ventanas»
en el tiempo durante las cuales el comportamiento debe ocurrir para llegar a ser
recompensado, sean relativamente cortos.
Anticipación
Un defecto común en los comportamientos controlados por el estímulo es la
anticipación. Una vez que la señal se ha aprendido, el alumno, está tan ansioso por
ofrecerlo que lo hace antes de que se le dé la señal. La expresión que describe este
hecho procede de las salidas antes de tiempo en las carreras de velocidad (falsas
salidas). Las personas que anticipan las señales o peticiones de los demás suelen ser
consideradas como excesivamente entusiastas, aduladoras o serviciales; es un hábito
molesto, no una virtud.
Los Doberman en ocasiones tienen problemas por esta razón en las competiciones de
obediencia. Aunque son perros perfectamente adiestrables, están tan alerta que
anticipan las órdenes con el más mínimo indicio de la señal y con frecuencia realizan
el ejercicio antes de que realmente se les haya indicado, y por tanto pierden puntos.
La anticipación es un defecto común en los caballos utilizados en los rodeos para el
derribo de terneros; supuestamente tienen que esperar detrás de la barrera hasta que
se le da al ternero la salida, pero el caballo, excitado, se lanza al ruedo antes de que se
le dé la señal. El vaquero en ocasiones cree tener un caballo de envidiable energía y
muy voluntarioso, pero lo que realmente tiene es un animal adiestrado a medias en el
control por el estímulo. Otro caso muy frecuente de anticipación es el denominado
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