Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
de la Costa Este siempre estuvieron<br />
preocupados por los bichos raros de California que dirigían la compañía —explicó el redactor de una revista sobre<br />
inversiones en tecnología—. Ahora que Wozniak y Jobs se han ido, esos accionistas respiran aliviados». Sin embargo,<br />
Nolan Bushnel , el fundador de Atari que se había divertido siendo su mentor diez años atrás, le dijo a Time que echarían<br />
mucho de menos a Jobs. «¿De dónde va a venir la inspiración de Apple? ¿Va a tener Apple ahora todo el romanticismo de<br />
una nueva marca de Pepsi?».<br />
Después de algunos días de infructuosos esfuerzos por l egar a un acuerdo con Jobs, Scul ey y el consejo de<br />
administración de Apple decidieron denunciarlo por<br />
«incumplimiento de responsabilidades fiduciarias». <strong>La</strong> demanda enumeraba sus presuntas infracciones:<br />
A pesar de sus responsabilidades fiduciarias para con Apple, Jobs, en su calidad de presidente de el consejo de<br />
administración de Apple y directivo de Apple, y bajo una presunta lealtad hacia los intereses de Apple [...]<br />
a) planeó en secreto la formación de una empresa competidora de Apple;<br />
b) conspiró en secreto para que dicha empresa competidora utilizara y se aprovechara injustamente de los planes de Apple<br />
para diseñar, desarrollar y comercializar productos de nueva generación; [...]<br />
c) captó en secreto a empleados clave para Apple. [...]<br />
Por aquel entonces, Jobs, dueño de 6,5 mil ones de acciones de Apple (el 11 % de la compañía, con un valor de más de<br />
100 mil ones de dólares), comenzó inmediatamente a vender sus participaciones. En menos de cinco meses se había<br />
deshecho de todas el as salvo una, que guardó para poder asistir a las juntas de accionistas si le apetecía. Estaba furioso,<br />
y aquel o quedó reflejado en su pasión por dar comienzo a lo que era, por mucho que tratara de ocultarlo, una compañía<br />
rival.<br />
«Estaba enfadado con Apple —comentó Joanna Hoffman, que trabajó brevemente para aquel a nueva empresa—. Dirigirse<br />
al mercado de la educación, donde Apple era una empresa fuerte, era sencil amente un acto de desquite y mezquindad por<br />
parte de Steve. Lo estaba haciendo para vengarse».<br />
Jobs, por supuesto, no lo veía de la misma manera. «Tampoco es que yo vaya por ahí buscando pelea», le dijo a<br />
Newsweek. Una vez más, invitó a sus periodistas favoritos a su casa de Woodside, y en esta ocasión no contaba con Andy<br />
Cunningham para que le suplicase contención. Rechazó la acusación de que hubiera captado de forma impropia a los cinco<br />
empleados de Apple. «Todos el os me l amaron —informó al grupo de periodistas arremolinados en su salón sin<br />
amueblar—. Estaban pensando en abandonar la compañía. Apple tiene tendencia a descuidar a sus trabajadores».<br />
Decidió colaborar con una portada en el Newsweek para poder presentar su versión de los hechos, y las entrevistas que<br />
ofreció para el reportaje resultaron muy reveladoras. «Lo que mejor se me da es encontrar un grupo de personas con<br />
talento y crear cosas con el os —le dijo a la revista. Añadió que siempre guardaría un franco afecto por Apple—: Siempre<br />
recordaré a Apple como cualquier hombre recuerda a la primera mujer de la que se enamoró». Sin embargo, también<br />
estaba dispuesto a enfrentarse a su consejo de administración si era necesario. «Cuando alguien te l ama ladrón en<br />
público, tienes que responder». <strong>La</strong> amenaza de Apple de demandarlos a él y a sus compañeros era un escándalo. También<br />
era motivo de tristeza. Demostraba que Apple ya no era una empresa confiada y rebelde. «Nadie se cree que una empresa<br />
valorada en dos mil mil ones de dólares y con 4.300 empleados no pueda competir con seis personas vistiendo vaqueros».<br />
En un intento por desmentir la versión de Jobs, Scul ey l amó a Wozniak para pedirle que interviniera. Wozniak nunca fue<br />
una persona manipuladora o vengativa,<br />
pero tampoco dudó nunca en hablar con sinceridad acerca de sus sentimientos. «Steve puede ser una persona ofensiva e<br />
hiriente», le dijo a Time aquel a semana. Reveló que Jobs lo había l amado para que se uniera a su nueva empresa —<br />
habría sido una astuta forma de asestarle otro golpe al consejo de administración de Apple en funciones—, pero añadió que<br />
no pensaba intervenir en aquel as maniobras y no le había devuelto la l amada. Al San Francisco Chronicle le contó como<br />
Jobs había impedido que frogdesign interviniera en su proyecto de un mando a distancia con la excusa de que aquel o<br />
podría entrar en conflicto con los productos de Apple.<br />
«Espero que cree grandes productos y le deseo un gran éxito, pero no puedo fiarme de su integridad», le confesó Wozniak<br />
al periódico.<br />
POR SU CUENTA<br />
«Lo mejor que le pudo pasar a Steve es que lo despidiéramos, que le dijéramos que no queríamos volverlo a ver», declaró<br />
117<br />
www.LeerLibrosOnline.net