25.11.2015 Views

La Biografia, Juan Mancera

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

azón o acabaré muerto».<br />

<strong>La</strong> noche siguiente a la presentación, Jobs se encontraba molesto y deprimido. Cuando nos reunimos para cenar en su<br />

cocina, andaba dando vueltas en torno a la<br />

mesa cargando correos electrónicos y páginas web en su iPhone.<br />

He recibido unos ochocientos mensajes de correo electrónico en las últimas veinticuatro horas. <strong>La</strong> mayoría de ellos son<br />

quejas. ¡No hay cable USB! No hay esto, no hay aquello. Algunos me dicen cosas como: «¡Capullo! ¿Cómo has podido<br />

hacer algo así?». Normalmente no contesto a nadie, pero hoy he respondido: «Tus padres estarían muy orgullosos al ver la<br />

persona en la que te has convertido». Y a algunos no les gusta el nombre de iPad, o cosas por el estilo. Hoy me he<br />

quedado un poco deprimido. Estas cosas te echan un poco para atrás.<br />

Sí que agradeció una l amada de felicitación que recibió ese día del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel.<br />

Sin embargo, también señaló en la cena que el presidente Obama no lo había l amado desde que ocupara su cargo en<br />

Washington D.C.<br />

<strong>La</strong>s críticas del público amainaron cuando el iPad salió a la venta en abril y la gente pudo hacerse con uno. Tanto Time<br />

como Newsweek lo sacaron en portada. «Lo<br />

más difícil de escribir acerca de los productos de Apple es que vienen envueltos en un montón de bombo publicitario —<br />

escribió Lev Grossman en Time—. El otro problema a la hora de escribir acerca de los productos de Apple es que en<br />

ocasiones todo ese bombo resulta ser cierto». Su principal crítica, bastante importante, era que «aunque resulta un<br />

dispositivo estupendo para consumir contenidos, no se esfuerza demasiado por facilitar su creación». Los ordenadores,<br />

especialmente el Macintosh, se habían convertido en herramientas que le permitían a la gente crear música, vídeos,<br />

páginas webs y blogs que podían subirse a internet para que todo el mundo los viera. «El iPad traslada el énfasis de la<br />

creación de contenidos a su mera absorción y manipulación. Te transforma, te convierte en el consumidor pasivo de las<br />

obras de arte de otras personas». Era una crítica que Jobs se tomó muy a pecho. Se propuso asegurarse de que la<br />

siguiente versión del iPad pusiera el acento en facilitar la creación artística por parte del usuario.<br />

<strong>La</strong> portada de Newsweek rezaba: «¿Qué tiene de genial el iPad? Todo». Daniel Lyons, que lo había fusilado con su<br />

comentario sobre Snooki durante la presentación, revisó sus opiniones. «Lo primero que me vino a la cabeza cuando vi a<br />

Jobs haciendo su demostración fue que no me parecía para tanto —escribió—. Tenía la pinta de una versión más grande<br />

del iPod touch, ¿verdad? Entonces tuve la oportunidad de utilizar un iPad y de pronto pensé: “Yo quiero uno”». Lyons, como<br />

muchos otros, se había dado cuenta de que aquel era el proyecto estrel a de Jobs, que representaba todo lo defendido por<br />

él. «Tiene una capacidad inquietante para crear dispositivos que no sabíamos que necesitábamos, pero sin los que, de<br />

pronto, ya no puedo vivir —escribió—. Un sistema cerrado puede ser la única forma de ofrecer el tipo de experiencia<br />

tecnozen que le ha dado a Apple su fama».<br />

<strong>La</strong> mayor parte de las discusiones sobre el iPad se centraban en el tema de si su integración completa era una idea bril<br />

ante o la causa de su futura condenación. Google estaba comenzando a desempeñar una función similar a la de Microsoft<br />

en la década de los ochenta, al ofrecer una plataforma para dispositivos móviles, Android, que era abierta y por tanto<br />

podían utilizar todos los fabricantes de hardware. Fortune organizó un debate sobre el asunto en sus páginas. «No hay<br />

excusas para cerrarse», escribió Michael Copeland. Sin embargo, su colega Jon Fortt le replicó: «Los sistemas cerrados<br />

tienen mala reputación, pero funcionan fantásticamente bien y los usuarios se benefician de el o. Probablemente no haya<br />

nadie en el mundo de la tecnología que lo haya demostrado más fehacientemente que Steve Jobs. Al unir el hardware, el<br />

software y los servicios y controlarlos muy de cerca, Apple consigue todo el tiempo adelantarse a sus rivales y presentar<br />

productos con un acabado muy cuidado». Ambos coincidieron en que el iPad iba a representar la prueba más clara al<br />

respecto desde la creación del primer Macintosh. «Apple ha l evado su reputación de obsesos por el control a un nuevo<br />

nivel con el chip A4 que utiliza el aparato —escribió Fortt—. Ahora Cupertino tiene la última palabra sobre el silicio, el<br />

dispositivo, el sistema operativo, las aplicaciones y el sistema de pago».<br />

Jobs acudió a la tienda Apple de Palo Alto poco antes del mediodía del 5 de abril, fecha en la que salió a la venta el iPad.<br />

Daniel Kottke —su alma gemela durante sus días de consumo de LSD en Reed y en su primera época de Apple, que ya no<br />

le guardaba rencor por no haber recibido opciones de compra de acciones como fundador de la empresa— se aseguró de<br />

estar al í. «Habían pasado quince años y quería verlo otra vez —relató Kottke—. Lo agarré y le dije que iba a utilizar el iPad<br />

para las letras de mis canciones. Él estaba de muy buen humor y mantuvimos una agradable charla después de tantos<br />

años». Powel y su hija menor, Eve, los miraban desde una esquina de la tienda.<br />

Wozniak, que durante mucho tiempo había defendido un hardware y un software lo más abiertos posible, siguió matizando<br />

aquel a opinión. Como en muchas otras<br />

ocasiones, se quedó despierto toda la noche junto a los demás entusiastas que hacían cola esperando la apertura de la<br />

263<br />

www.LeerLibrosOnline.net

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!