Wargrave. <strong>De</strong>spués de la muerte del juez, Vera Claythorne escribió en su diario que Armstrong <strong>se</strong> había ido de la casa por la noche y que Blove y Lombard corrieron en su busca. En el carnet de Blove <strong>se</strong> lee esta nota: "Armstrong ha desaparecido." Ahora, jefe, habida cuenta de todos estos detalles parecería que pudié<strong>se</strong>mos encontrar una solución satisfactoria. El doctor estaba ahogado, recordémoslo. Supuesto que Armstrong era el demente, ¿qué le impidió matar a sus nueve compañeros y tirar<strong>se</strong> al mar desde lo alto de los acantilados o quizá que intenta<strong>se</strong> llegar a nado y murió en la tentativa? Esta solución parecería excelente si no peca<strong>se</strong> de un defecto. Hay que tener en cuenta el certificado del médico foren<strong>se</strong>. <strong>De</strong><strong>se</strong>mbarcó en la isla el 13 de agosto por la mañana. Sus conclusiones no nos han hecho avanzar mucho en la encuesta. Todo lo que nos ha podido aclarar es que esas personas estaban muertas hacía unas 36 horas al menos. En lo referente al doctor ha afirmado categóricamente que el cadáver había estado ocho o diez horas sumergido en el agua antes de <strong>se</strong>r lanzado contra las rocas. Que es lo mismo que decir que fue ahogado la noche del 10 al 11, y voy a darle algunos detalles. Hemos descubierto el sitio donde estuvo el cadáver cuando le llevaron las olas... fue apresado entre dos rocas y hemos recogido trozos de tela y cabellos. La marea alta alcanzó el cuerpo el 11, hacia las once de la mañana. <strong>De</strong>spués la tempestad <strong>se</strong> calmó y las <strong>se</strong>ñales dejadas por la marea siguiente son muy bajas. Usted podrá suponer que Armstrong <strong>se</strong> deshizo de los otros tres antes de tirar<strong>se</strong> al agua, pero hay todavía algo más: el cadáver del doctor fue arrastrado sobre las rocas, que están encima de donde llega la marea alta. Lo encontramos en un sitio inaccesible a las mareas y reposaba estirado sobre las rocas con las ropas en orden. Luego, eso nos demuestra que alguien vivía en la isla después de la muerte de Armstrong. <strong>De</strong>spués de una pausa, Maine continuó: —El 11 por la mañana he aquí la situación: el doctor ha desaparecido y <strong>se</strong> ha ahogado. Nos quedan tres personas: Blove, miss Vera y Lombard. Este último, su cadáver, <strong>se</strong> encuentra cerca de las rocas donde yacía Armstrong, con un tiro en el corazón. A miss Claythorne la encontramos colgada en su cuarto y el cuerpo de Blove en la terraza con la cabeza destrozada por un reloj de mármol que le tiraron <strong>se</strong>guramente desde una ventana. —¿A quién pertenecía esa ventana? —preguntó bruscamente el jefe. —A la habitación de miss Claythorne. Consideremos <strong>se</strong>paradamente cada paso. Primero Lombard. Supongamos que haya tirado contra Blove el mármol, que luego haya cogido y colgado a la joven, y después, yéndo<strong>se</strong> hacia el mar, <strong>se</strong> pega un tiro. Pero en e<strong>se</strong> caso, ¿quién cogió el revólver? Pues lo hemos encontrado delante de la puerta de la habitación de Wargrave. —¿Han encontrado huellas digitales? —Sí, jefe. Las de miss Vera. —Pero, entonces... —Adivino lo que quiere decir, jefe. Que Vera mató a Lombard, <strong>se</strong> llevó el revólver a la casa, tiró sobre Blove el pedazo de mármol y después <strong>se</strong> colgó. Esta suposición <strong>se</strong>ría admisible hasta cierto punto. En su cuarto, sobre una silla, <strong>se</strong> encuentran las mismas marcas que sobre sus zapatos, lo que prueba que subió sobre la silla, pasó la cuerda alrededor de su cuello y tiró la silla de un puntapié. Pero, fíje<strong>se</strong>, jefe. La silla no estaba caída en el suelo, sino como las demás, contra la pared. Luego fue puesta en su sitio después de la muerte de Vera Claythorne por alguien. Queda Blove. Si usted me dice que después de haber matado a Lombard y colgado a Vera salió y <strong>se</strong> hizo caer encima de su cabeza e<strong>se</strong> bloque de mármol por algún medio, cuerda u otra cosa, le a<strong>se</strong>guro, jefe, que no le creería. Un hombre no <strong>se</strong> mata de esta manera, y menos Blove, que no estaba <strong>se</strong>diento de justicia. Nosotros le conocíamos bien para poder afirmarlo. Sir Thomas Legge le dijo: —Estoy de acuerdo con usted. —En con<strong>se</strong>cuencia, jefe, alguien debía estar en la isla además. E<strong>se</strong> puso todo en orden una <strong>Agatha</strong> <strong>Christie</strong> <strong>Diez</strong> <strong>Negritos</strong> 100
vez terminado su trabajo fúnebre. Pero ¿dónde <strong>se</strong> ocultaba y cómo <strong>se</strong> ha ido? Los habitantes de Sticklehaven están absolutamente <strong>se</strong>guros de que nadie ha podido ir<strong>se</strong> de la isla antes que llega<strong>se</strong> la canoa de salvamento... Pero en e<strong>se</strong> caso... Se interrumpió. Repitió sir Thomas como el eco: —Pero en e<strong>se</strong> caso... El inspector suspiró, inclinó la cabeza y echándo<strong>se</strong> hacia delante, preguntó: —Pero en e<strong>se</strong> caso, diga, ¿quién los ha a<strong>se</strong>sinado? <strong>Agatha</strong> <strong>Christie</strong> <strong>Diez</strong> <strong>Negritos</strong> 101
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2 Delante de la estación de Oakbri
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Lombard alzó los hombros con gesto
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tranquilizó. En cuanto a la reside
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Había charlado durante el viaje co
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en sus propias redes caerá y será
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—Tiene suerte mistress Owen, verd
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quejaba. Hábilmente, Rogers se int
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—Sí, señor; la llevo encima. Sa
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4 Hubo un momento de silencio. En t
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deliberación del jurado, quien lo
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«Hugo... Hugo... ¿Por qué está
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—Sufría de reumatismo. —¿La v
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—Nada —respondió el doctor.
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Rogers se acercó. —Es justamente
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Se interrumpió, incapaz de poner e
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¡Muerte en el hospital, muerte en
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8 Blove se dejó convencer fácilme
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Lombard levantó los ojos hacia el
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