Diez Negritos De Agatha Christie 5 Diez negritos se fueron a cenar ...
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durante la Gran Guerra. Arthur Richmond <strong>se</strong>rvía en Francia bajo sus órdenes y fue muerto<br />
en un ataque. Eran buenos amigos. En esa época las equivocaciones eran corrientes, pues<br />
ya sabe usted que muchos oficiales y soldados <strong>fueron</strong> sacrificados inútilmente... Sin duda <strong>se</strong><br />
trató de un caso parecido. Llegarnos a Philip Lombard. E<strong>se</strong> hombre ha estado mezclado en<br />
muchos escándalos en el extranjero. Una o dos veces rozó la cárcel. Tenía la reputación de<br />
un hombre sin escrúpulos. Uno que no retrocede para nada ante muchos crímenes a<br />
condición de <strong>se</strong>ntir<strong>se</strong> al abrigo de las leyes. Llegó el turno a Blove; éste pertenecía a nuestra<br />
corporación.<br />
—Blove —le interrumpió sir Thomas— era un sinvergüenza. Siempre lo he juzgado así.<br />
Pero sabía salir bien de los asuntos. Estoy convencido de que fue un perjuro en el asunto<br />
de Landor. Su conducta me decepcionó mucho, pero no pude descubrir ninguna prueba<br />
contra él. Encargué a Harris que hicie<strong>se</strong> una investigación y no encontró nada anormal.<br />
Pero mi opinión sigue siendo la misma. No era una persona honrada.<br />
<strong>De</strong>spués de una pausa, sir Thomas Legge continuó:<br />
—Entonces usted dice que Isaac Morris ha muerto. ¿Cuándo ocurrió?<br />
—Esperaba esta pregunta, jefe. Morris murió durante la noche del 8 de agosto. Tomó una<br />
dosis excesiva de soporíferos. Nada indica si fue accidente o suicidio.<br />
El subjefe de policía le preguntó:<br />
—¿Quiere usted saber mi opinión?<br />
—La adivino algo, jefe.<br />
—La muerte de Morris me parece ocurrir en un momento demasiado oportuno.<br />
El inspector afirmó con la cabeza y dijo:<br />
—También yo opino como usted, jefe.<br />
Sir Thomas Legge dio un fuerte puñetazo sobre la mesa y dijo excitado:<br />
—Toda esta historia es absurda, es increíble... inadmisible que diez personas <strong>se</strong>an<br />
a<strong>se</strong>sinadas en una roca en medio del mar... y que ignoremos quién ha cometido el crimen,<br />
en qué circunstancias y con qué motivo.<br />
—Permítame contradecirle, jefe —dijo Maine—, sobre este último motivo. Sabemos por<br />
qué e<strong>se</strong> hombre ha matado. Seguramente es un loco imbuido en buscar criminales que la<br />
justicia ordinaria no podía castigar. Escogió a diez; que fue<strong>se</strong>n culpables o inocentes a<br />
nosotros poco nos importa.<br />
—¿Que no nos importa? —interrumpió sir Thomas—. Me parece...<br />
Se interrumpió. El inspector Maine esperaba respetuosamente. Legge bajó la cabeza.<br />
—Continúe inspector. Durante un minuto he tenido una especie de intuición... creí estar<br />
sobre la pista, pero por desgracia <strong>se</strong> me ha escapado. Continúe, Maine.<br />
—Nuestro maniático reunió en la isla del Negro a diez personas... digamos condenados a<br />
muerte. Fueron ejecutados por U. N. Owen, quien cumplió su de<strong>se</strong>o, y <strong>se</strong> evaporó como el<br />
humo.<br />
El jefe hizo notar:<br />
—Esto <strong>se</strong>ría un caso prodigioso de magia, Maine. Pero <strong>se</strong>guramente no tiene otra<br />
explicación.<br />
—Usted <strong>se</strong> imagina, jefe, que si este hombre <strong>se</strong> encontraba en la isla, no ha podido<br />
materialmente abandonarla y siguiendo las notas escritas por los interesados este mister<br />
Owen no de<strong>se</strong>mbarcó jamás en la isla del Negro. Sólo queda una solución visible: ¡que<br />
Owen era uno de los diez!<br />
Sir Thomas hizo un gesto de conformidad.<br />
—Ya pensamos en ello —añadió Maine—, pero por más que examinamos la situación de<br />
todos desde puntos de vista diferentes, <strong>se</strong>guimos sin saber, en parte, lo que tenía su diario;<br />
el juez Wargrave dejó algunas notas... muy breves, de su estilo jurídico, pero claras. Blove<br />
también ha dejado escrito algo. Concuerdan sus visiones en algún punto. Las muertes <strong>se</strong><br />
sucedieron en este orden: Marston, mistress Rogers, MacArthur, Rogers, miss Brent,<br />
<strong>Agatha</strong> <strong>Christie</strong><br />
<strong>Diez</strong> <strong>Negritos</strong><br />
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