Diez Negritos De Agatha Christie 5 Diez negritos se fueron a cenar ...
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—Tiene suerte mistress Owen, verdaderamente.<br />
Emily Brent sacó de su bolso una labor de punto y en el momento que cogía las agujas <strong>se</strong><br />
detuvo y preguntó a su compañera:<br />
—¿Owen? ¿Ha dicho usted Owen?<br />
—Sí.<br />
—En mi vida había oído e<strong>se</strong> nombre.<br />
Vera dedujo.<br />
—Pero bueno...<br />
No pudo terminar la fra<strong>se</strong>. La puerta <strong>se</strong> abrió dando paso a los hombres; les <strong>se</strong>guía Rogers<br />
trayendo el café en una bandeja.<br />
El magistrado <strong>se</strong> <strong>se</strong>ntó al lado de miss Brent y Armstrong al lado de Vera. Tony <strong>se</strong> dirigió<br />
hacia la ventana que <strong>se</strong>guía abierta. Blove examinaba con asombro una estatuilla de bronce,<br />
preguntándo<strong>se</strong> cándidamente si esas formas angulosas repre<strong>se</strong>ntaban el cuerpo de una<br />
mujer.<br />
El general MacArthur, de espaldas a la chimenea, <strong>se</strong> atusaba su corto bigote blanco, la cena<br />
había sido espléndida y regocijába<strong>se</strong> de haber aceptado la invitación. Lombard hojeaba el<br />
Punch, puesto con otros periódicos en una mesita cerca de la pared. El criado sirvió el café,<br />
negro, fuerte, ardiendo.<br />
En resumen, todos los invitados estaban encantados de la vida, después de la copiosa y<br />
exquisita cena. Las agujas del reloj <strong>se</strong>ñalaban las nueve y veinte. En el salón reinaba un<br />
silencio... un silencio de confortable beatitud.<br />
En medio de este silencio <strong>se</strong> oyó una voz... inesperada, sobrenatural:<br />
«Señoras y caballeros. Silencio por favor.»<br />
Todos <strong>se</strong> sobresaltaron, <strong>se</strong> ob<strong>se</strong>rvaron unos a otros y escudriñaron las paredes. ¿Quién<br />
había hablado?<br />
La voz continuó alta y clara:<br />
«Os acuso de los siguientes crímenes:<br />
»Edward George Armstrong, usted causó la muerte a Luisa Mary Glees el 14 de marzo de 1925.<br />
»Emily Caroline Brent, es responsable de la muerte de Beatryz Taylor el 5 de noviembre de 1931.<br />
»John Gordon MacArthur, usted envió a la muerte con la mayor sangre fría al amante de su mujer,<br />
Arthur Richmond, el 4 de enero de 1917.<br />
»William Henry Blove: es usted causante de la muerte de James Stephen Landor el 10 de octubre de 1928.<br />
»Vera Elisabeth Claythorne, el 11 de agosto de 1933 mató usted a Cyril Oglive Hamilton.<br />
»Philip Lombard, en el mes de febrero de 1932 llevó a la muerte a veintiún hombres miembros de una<br />
tribu de África Oriental.<br />
»Anthony James Marston, el 14 de noviembre último mató a John y Lucy Combes.<br />
«Tornas Rogers y Ethel Rogers, el 6 de mayo de 1929 dejaron morir a Jennifer Brady.<br />
»Lawrence John Wargrave, el 10 de junio de 1934 condujo a la muerte a Edward Seton.<br />
»Acusados:<br />
»¿Tienen ustedes algo que alegar en su defensa?»<br />
La voz acusadora <strong>se</strong> calló.<br />
<strong>De</strong>spués de un instante de silencio absoluto <strong>se</strong> oyó el ruido de una vajilla; a Rogers <strong>se</strong> le<br />
cayó de las manos la bandeja con el <strong>se</strong>rvicio del café. En este mismo momento les llegó del<br />
vestíbulo un grito y el ruido de una caída.<br />
Lombard fue el primero en levantar<strong>se</strong> y corrió hacia la puerta, al abrirla <strong>se</strong> encontró con<br />
mistress Rogers tendida en el suelo.<br />
<strong>Agatha</strong> <strong>Christie</strong><br />
<strong>Diez</strong> <strong>Negritos</strong><br />
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