Abrir - El club de los que deciden vivir
Abrir - El club de los que deciden vivir
Abrir - El club de los que deciden vivir
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
variedad <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong>seables y, como si fuera poco, no sabe si<br />
podrá proveérse<strong>los</strong> permanentemente.<br />
¿Qué es el “dinero” sino el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l hombre sociabilizado<br />
para proveerse <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong>l mundo circundante?<br />
No po<strong>de</strong>mos concebir la felicidad, la no-insatisfacción,<br />
cuando el instinto nos envía pavorosas señales <strong>de</strong> hambre o <strong>de</strong><br />
peligro.<br />
De ahí proviene el concepto <strong>de</strong> “necesida<strong>de</strong>s básicas”; es<br />
<strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> lo <strong>que</strong> constituye la base para <strong>que</strong> nuestra vida se<br />
mantenga.<br />
Si nos imaginamos sin ningún producto <strong>de</strong> la cultura<br />
humana, po<strong>de</strong>mos reducir nuestras necesida<strong>de</strong>s básicas a alimento<br />
y morada, <strong>de</strong> las cuales parece <strong>que</strong> ningún animal pue<strong>de</strong><br />
prescindir, entendiendo el término morada como un sitio don<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>scansar a resguardo <strong>de</strong> <strong>los</strong> fenómenos y seres peligrosos.<br />
Como alimento y morada están en el mundo externo, material,<br />
se requiere la acción sobre este mundo para obtener<strong>los</strong>,<br />
para no recibir las señales <strong>de</strong> insatisfacción <strong>que</strong> provoca su ausencia.<br />
Esto nos lleva a <strong>de</strong>scubrir <strong>que</strong> la dificultad con la pregunta<br />
<strong>de</strong>l comienzo se <strong>de</strong>bía a <strong>que</strong> no estaba bien formulada.<br />
Ahora po<strong>de</strong>mos rehacérnosla con más precisión: ¿el dinero<br />
<strong>de</strong>shace la infelicidad?<br />
Y nos encontramos con una respuesta sorpren<strong>de</strong>ntemente<br />
fácil y casi indiscutible: Sí, hasta cierto punto.<br />
Y ese cierto punto está <strong>de</strong>terminado por el límite entre la infelicidad<br />
física, nacida <strong>de</strong> las amenazas <strong>que</strong> pa<strong>de</strong>zca nuestro ser<br />
biológico, <strong>que</strong> al <strong>vivir</strong> en sociedad solemos solucionar con dinero,<br />
y otros tipos o niveles <strong>de</strong> infelicidad <strong>que</strong> por diversas<br />
causas están presentes en nosotros, para complicarnos la existencia<br />
y forzarnos a preguntas difíciles.<br />
Podríamos hablar <strong>de</strong> infelicidad metafísica, y generar con esto<br />
discusiones sobre qué es el hombre y por qué no es feliz.<br />
Distintas i<strong>de</strong>ologías o concepciones <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>finirán<br />
cada una a su modo a qué llamar infelicidad metafísica, y algunas<br />
<strong>de</strong> ellas dirán <strong>que</strong> no existe. Detrás <strong>de</strong> toda esa diversidad,<br />
15