Abrir - El club de los que deciden vivir
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dad hay una opinión generalizada <strong>de</strong> <strong>que</strong> es bueno tener<strong>los</strong>, y<br />
ésta se arraigó en nuestra mente, generando aspiraciones y sentimientos<br />
<strong>que</strong> no hubieran nacido espontáneamente <strong>de</strong> nuestro<br />
ser interior.<br />
Tenemos otros contenidos mentales generados por nuestra<br />
aspiración abstracta a la felicidad. Esta aspiración nos hace<br />
sentir <strong>que</strong> nos falta algo, y, al no saber qué es ese algo, opinamos<br />
<strong>que</strong> seremos felices al <strong>vivir</strong> en tal o cual situación o circunstancia<br />
externa.<br />
Estas opiniones trazan en nuestra imaginación algo así<br />
como un dibujo, don<strong>de</strong> aparecemos siendo felices con el objeto<br />
o en la circunstancia <strong>que</strong> consi<strong>de</strong>ramos fuente <strong>de</strong> satisfacción.<br />
Nuestros sentimientos, como manos <strong>que</strong> tien<strong>de</strong>n hacia el<br />
alimento, como el lazo <strong>de</strong>l ejemplo <strong>de</strong> la montaña, se lanzan<br />
hacia ese dibujo, lo aferran, lo rellenan, lo colorean, y tiran <strong>de</strong><br />
nuestra voluntad, exigiéndole <strong>que</strong> mo<strong>de</strong>le la realidad hasta<br />
hacerla coincidir en todo con esa imagen.<br />
<strong>El</strong> resultado <strong>de</strong> esto es una especie <strong>de</strong> corriente magnética<br />
<strong>que</strong> tira <strong>de</strong> nosotros hacia fuera, una especie <strong>de</strong> irritante campo<br />
eléctrico, con un polo en nosotros y otro en “eso” <strong>que</strong> unas<br />
veces está en el mundo externo y otras sólo dibujado en nuestra<br />
imaginación.<br />
Con esa tensión artificial, innecesaria, arrasamos nuestra<br />
posibilidad <strong>de</strong> <strong>vivir</strong> en paz y, paradójicamente, nos alejamos <strong>de</strong><br />
la felicidad <strong>que</strong> suponíamos.<br />
Esto constituye el aferramiento a la realidad <strong>de</strong>seada, y <strong>de</strong>cíamos<br />
<strong>que</strong> es relativamente fácil <strong>de</strong> combatir si apren<strong>de</strong>mos a<br />
reflexionar sobre nuestras opiniones y no presuponemos la<br />
felicidad en el primer dibujo mental <strong>que</strong> nos tracemos o nos<br />
tracen.<br />
Pero existe un nivel <strong>de</strong> aferramiento más fuerte, más resistente<br />
a la disolución, y es el aferramiento por costumbre, <strong>que</strong><br />
se ejerce sobre la realidad actual, sobre lo <strong>que</strong> ya estamos viviendo.<br />
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