Abrir - El club de los que deciden vivir
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asimismo en nosotros por<strong>que</strong> somos entida<strong>de</strong>s biológicas y algo<br />
más.<br />
Ser humano significa pa<strong>de</strong>cer ese conflicto entre conservar y<br />
cambiar.<br />
De todo lo <strong>que</strong> creó el ser humano, cuya suma llamamos<br />
civilización, una parte se <strong>de</strong>bió a su necesidad <strong>de</strong> conservar, <strong>de</strong><br />
cuidarse y mantenerse con vida, y otra fue motivada por su<br />
aspiración a <strong>vivir</strong> mejor, a transformar su vida en algo más <strong>de</strong> lo<br />
<strong>que</strong> hasta el momento había sido.<br />
Como es fácilmente visible, en unas personas el conflicto<br />
se resuelve con la prepon<strong>de</strong>rancia <strong>de</strong>l conservar y en otras con la<br />
<strong>de</strong>l cambiar.<br />
También es posible una lucha prolongada en la <strong>que</strong> cada<br />
ten<strong>de</strong>ncia gobierne por un tiempo.<br />
Cada una <strong>de</strong> ellas nos exalta casi furiosamente su postulado:<br />
¿para qué conservar, si el resultado pue<strong>de</strong> ser una vida tan<br />
monótona <strong>que</strong> <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> interesarnos? O ¿para qué cambiar, si<br />
el resultado pue<strong>de</strong> ser cambiar la vida por la muerte?<br />
En realidad no pue<strong>de</strong> darse la presencia absoluta <strong>de</strong> una<br />
ten<strong>de</strong>ncia junto a la ausencia absoluta <strong>de</strong> la otra. No tiene sentido<br />
modificar si no se planea llegar vivo al momento <strong>de</strong> disfrutar<br />
<strong>los</strong> cambios. No tiene sentido conservar la vida si no se cree<br />
<strong>que</strong> habrá en ella algún hecho <strong>que</strong> merezca nuestra presencia.<br />
<strong>El</strong> problema <strong>que</strong> pue<strong>de</strong> llevarnos al drama <strong>de</strong>l no actuar<br />
surge <strong>de</strong> <strong>que</strong> esa necesidad <strong>de</strong> novedad, <strong>de</strong> satisfacción, en infinidad<br />
<strong>de</strong> casos no se intenta llenar con cambios concretos y<br />
palpables, sino con fantasías mentales, muchas <strong>de</strong> las cuales<br />
figuran en <strong>los</strong> temas previamente tratados.<br />
Ahora hay <strong>que</strong> prestar atención a un nuevo <strong>de</strong>talle: en vez<br />
<strong>de</strong> llenarse <strong>de</strong> fantasías y estupi<strong>de</strong>ces, la mente pue<strong>de</strong> llenarse<br />
<strong>de</strong> verda<strong>de</strong>s y buenas i<strong>de</strong>as. Sin embargo, un individuo pue<strong>de</strong><br />
permanecer con esas i<strong>de</strong>as en la cabeza, creyéndose sabio, culto<br />
o superior a otros, sin empezar jamás a moverse para plasmar<br />
alguna <strong>de</strong> ellas.<br />
<strong>El</strong> resultado <strong>de</strong> esto sería el mismo <strong>que</strong> el <strong>de</strong> <strong>vivir</strong> <strong>de</strong> fantasías:<br />
atravesaremos buena parte <strong>de</strong> la vida suponiendo <strong>que</strong> la<br />
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