You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
-Pues sí, señor. En mi juventud, antes <strong>de</strong> que ingresara en el seno <strong>de</strong> la Iglesia, <strong>de</strong>seaba<br />
estudiar Medicina. Pero mi buen padre, que en paz <strong>de</strong>scanse, me lo prohibió a causa <strong>de</strong><br />
mi distracción. “Si fueses médico -<strong>de</strong>cía- cloroformizarías al instante al paciente y le<br />
operarías <strong>de</strong> cálculos biliares, sin darte cuenta <strong>de</strong> que había acudido simplemente a<br />
consultarte sobre un ligero catarro.”<br />
-Bien, bien -dijo <strong>Holmes</strong>, con cierto tono en el que se traslucía la impaciencia-. Pero esta<br />
mañana estaba usted sin duda inquieto... -continuó, mirando a nuestro cliente con su<br />
aguda mirada-. No dudo que fue <strong>de</strong>bido a esa especial disposición <strong>de</strong> ánimo en que<br />
usted se encontraba, que <strong>de</strong>cidió consultar varios libros <strong>de</strong> su biblioteca, antes <strong>de</strong> tomar<br />
el tren <strong>de</strong> Londres.<br />
-Sí, señor. Se trataba <strong>de</strong> obras médicas.<br />
-¿No le resulta inconveniente el tener tan altas las estanterías <strong>de</strong> su biblioteca?<br />
-¡Oh, no por cierto! ¿Pue<strong>de</strong> una habitación ser <strong>de</strong>masiado alta o ancha para los propios<br />
libros <strong>de</strong> uno?<br />
El vicario hizo una brusca pausa. Su alargado rostro, enmarcado por aquellas patillas<br />
<strong>de</strong> diseño tan peculiar, parecía aún más largo al quedar boquiabierto.<br />
-¡Oiga! Estoy seguro, completamente seguro, <strong>de</strong> que no había mencionado para nada<br />
mis libros, ni la altura <strong>de</strong> las estanterías <strong>de</strong> mi biblioteca. ¿Cómo pue<strong>de</strong> usted saber,<br />
pues, esas cosas?<br />
-¡Bah, una na<strong>de</strong>ría! ¿Cómo puedo saber, por ejemplo, si es usted soltero o viudo, y que<br />
tiene un ama <strong>de</strong> llaves <strong>de</strong> lo más <strong>de</strong>saliñada?<br />
-Verda<strong>de</strong>ramente, <strong>Holmes</strong> -exclamé-, ¡hay también otra persona, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l vicario<br />
Appley, que <strong>de</strong>searía saber cómo ha sido usted capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>ducir todo esto!<br />
-¡Por el polvo, Watson! ¡Por el polvo!<br />
-¿Qué polvo?<br />
-Fíjese, por favor, en el <strong>de</strong>do índice <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l vicario. Observará en su<br />
yema manchas <strong>de</strong> polvo grisáceo oscuro que se acumula en la superficie <strong>de</strong> los libros.<br />
<strong>Las</strong> manchas, aunque algo <strong>de</strong>scoloridas, fueron hechas no más tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> esta mañana.<br />
Puesto que el vicario Appley es un hombre alto, <strong>de</strong> largos brazos, resulta evi<strong>de</strong>nte que<br />
ha tomado los libros <strong>de</strong> un estante elevado. Si a esta acumulación <strong>de</strong> polvo añadimos un<br />
sombrero sin cepillar, se requiere muy poca agu<strong>de</strong>za para <strong>de</strong>terminar que no tiene una<br />
solícita esposa sino una perezosa ama <strong>de</strong> llaves.<br />
-¡Es formidable! -exclamé.<br />
-Juego <strong>de</strong> niños! -dijo él-. Y pido disculpas a nuestro visitante por haber interrumpido su<br />
relato.<br />
-¡Esa muerte resulta incomprensible más allá <strong>de</strong> toda medida! Pero todavía no ha oído<br />
usted lo peor -continuó el vicario Appley-. Debo <strong>de</strong>cir que Trelawney tiene una pariente<br />
que le sobrevive; una sobrina <strong>de</strong> veintiún años. Su nombre es Dolores Dale, y es hija <strong>de</strong><br />
la ya fallecida señora Copley Dale, <strong>de</strong> Glastonbury. Durante varios años, la joven ha<br />
encontrado un hogar en el blanco caserón <strong>de</strong> Trelawney, <strong>de</strong>nominado “Goodman's<br />
Rest”. Siempre se <strong>de</strong>jó enten<strong>de</strong>r que Dolores, que está prometida a un excelente joven<br />
llamado Jeffrey Ainsworth, heredaría la fortuna <strong>de</strong> su tío. Cuando le digo que no existió<br />
jamás un alma tan dulce y amable, que su cabello es más negro que el mar cantado por<br />
Hornero y que, a<strong>de</strong>más, evoca la sugestión <strong>de</strong> la ardiente sangre <strong>de</strong>l Sur...<br />
-Sí, sí -terció <strong>Holmes</strong>, cerrando los ojos-. Pero usted manifestó que yo aún no había oído<br />
lo peor...<br />
25