Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Habíamos <strong>de</strong>jado a un lado la carretera principal y <strong>de</strong>scendíamos por un camino vecinal<br />
cuando el cochero señaló con su látigo hacia un caserón ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> fosos que aparecía<br />
allá abajo en medio <strong>de</strong>l gris crepúsculo.<br />
-Lavington Court -dijo.<br />
Pocos minutos más tar<strong>de</strong>, <strong>de</strong>scendíamos <strong>de</strong> nuestra tartana. Al cruzar el sen<strong>de</strong>ro que<br />
conducía a la puerta <strong>de</strong> entrada percibí, con una sombría impresión, las hojas muertas<br />
que flotaban sobre el agua estancada y una gran torre almenada emergiendo entre las<br />
sombras. <strong>Holmes</strong> encendió una cerilla y se <strong>de</strong>tuvo a examinar la gravilla <strong>de</strong>l sen<strong>de</strong>ro.<br />
-¡Hum, vaya! Cuatro pares <strong>de</strong> huellas <strong>de</strong> pies humanos. ¡Hola! ¿Qué es esto? La<br />
impresión <strong>de</strong> los cascos <strong>de</strong> un caballo y, a juzgar por la profundidad, conducido al<br />
galope. Probablemente, el primer aviso a la policía. Bien, Gregson, no hay mucho que<br />
ver aquí. Esperemos que la escena <strong>de</strong>l crimen nos <strong>de</strong>pare resultados más interesantes.<br />
Apenas había terminado <strong>de</strong> hablar cuando se abrió la puerta. Debo confesar que me<br />
sentí bastante tranquilizado a la vista <strong>de</strong>l mayordomo imperturbable, <strong>de</strong> rostro saludable<br />
que nos condujo a un acogedor vestíbulo <strong>de</strong> muros <strong>de</strong> piedra, magnífico a la luz <strong>de</strong> los<br />
antiguos can<strong>de</strong>labros <strong>de</strong> múltiples brazos. Al fondo, una escalinata interior conducía a<br />
una galería <strong>de</strong>l piso superior, circundada por una barandilla <strong>de</strong> roble.<br />
Un hombrecillo <strong>de</strong>lgado <strong>de</strong> cabello rojizo, que había estado calentándose ante el<br />
fuego que ardía en la chimenea, se apresuró a venir a nuestro encuentro.<br />
-¿Inspector Gregson? -preguntó-. ¡Gracias a Dios que ha llegado!<br />
-Supongo que usted es el sargento Bassett <strong>de</strong> la Policía <strong>de</strong> Kent.<br />
El hombrecillo <strong>de</strong> cabello rojizo asintió.<br />
-Está bien, Gillings -dijo, dirigiéndose al mayordomo-. Ya le llamaremos cuando le<br />
necesitemos. ¡Es un asunto espantoso, señor, espantoso! -prosiguió cuando el<br />
mayordomo se hubo marchado-. Ahora, el caso está peor que nunca. Tenemos a un<br />
famoso jugador apuñalado cuando bebía a la salud <strong>de</strong> su mejor caballo <strong>de</strong> carreras y Sir<br />
Reginald asegura no haber estado presente en aquel momento; y, sin embargo..., el<br />
puñal... -El <strong>de</strong>tective local se <strong>de</strong>tuvo súbitamente, y nos miró-. ¿Quiénes son estos<br />
caballeros?<br />
-El señor <strong>Sherlock</strong> <strong>Holmes</strong> y el doctor Watson. Pue<strong>de</strong> usted hablar con plena libertad.<br />
-Bien, señor <strong>Holmes</strong>, he oído hablar <strong>de</strong> usted en términos muy elogiosos -observó el<br />
sargento Bassett con aire <strong>de</strong> duda-. Pero en este caso no hay mucho misterio y espero<br />
que la policía reciba el mérito por solucionarlo.<br />
-Gregson pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle que yo juego sólo por el placer <strong>de</strong> jugar -replicó mi amigo-.<br />
Oficialmente, prefiero no aparecer en este caso.<br />
-Muy correcto por su parte, señor <strong>Holmes</strong>. Entonces, caballeros, les ruego que me sigan<br />
por aquí.<br />
Tomó un can<strong>de</strong>labro <strong>de</strong> cuatro brazos y le seguimos a través <strong>de</strong>l vestíbulo cuando se<br />
produjo una interrupción <strong>de</strong> lo más inesperado.<br />
74