Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
En aquella soleada mañana <strong>de</strong> abril, Cambridge Terrace estaba silenciosa y <strong>de</strong>sierta.<br />
Tras el muro <strong>de</strong> piedra y la estrecha franja <strong>de</strong> jardín rocoso, estaba emplazada la casa <strong>de</strong><br />
piedra, con sus blancas ventanas y la puerta <strong>de</strong> entrada pintada <strong>de</strong> ver<strong>de</strong>. Me produjo<br />
cierta impresión ver, cerca <strong>de</strong> las ventanas situadas a la izquierda <strong>de</strong> la entrada, la blanca<br />
túnica y el turbante <strong>de</strong>l mayordomo nativo. Chundra Lal permanecía allí inmóvil, como<br />
uno <strong>de</strong> los ídolos <strong>de</strong> su país, mirándonos con fijeza, luego penetró en la casa a través <strong>de</strong><br />
uno <strong>de</strong> los balcones.<br />
Al ver tensarse los hombros <strong>de</strong> <strong>Sherlock</strong> <strong>Holmes</strong> bajo su capote, mientras<br />
contemplaba al hindú retirarse <strong>de</strong>l puesto <strong>de</strong> observación que había ocupado, comprendí<br />
que también a mi amigo le había llamado la atención aquel hecho. Aunque la ventana<br />
inmediata a la parte izquierda <strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong> entrada estaba intacta, un hoyo que había<br />
en el jardín mostraba <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> había sido arrancada la piedra que sirvió para <strong>de</strong>strozar<br />
la otra ventana situada más a la izquierda y a través <strong>de</strong> la cual el silencioso mayordomo<br />
había penetrado en el interior <strong>de</strong> la casa.<br />
<strong>Holmes</strong> lanzó un silbido pero no habló hasta que Cora Murray nos <strong>de</strong>jó solos.<br />
-Dígame, Watson -preguntó-. ¿No observó usted nada extraño o inconsistente en el<br />
relato <strong>de</strong> la señorita Murray?<br />
-Extraño y horrible, si -confesé-. Pero, ¿inconsistente? No, en modo alguno.<br />
-Aunque usted haya sido el primero en protestar acerca <strong>de</strong> ello...<br />
-Mi estimado amigo, ¡pero si no he pronunciado una sola palabra <strong>de</strong> protesta esta<br />
mañana!<br />
-Esta mañana quizá no -dijo <strong>Sherlock</strong> <strong>Holmes</strong>-. ¡Ah, inspector Mac! Ya nos conocimos<br />
antes con motivo <strong>de</strong> cierto problema.<br />
En la <strong>de</strong>strozada ventana, esquivando cuidadosamente los añicos <strong>de</strong> cristal que había<br />
diseminados por el suelo, apareció un hombre joven aún, <strong>de</strong> cara pecosa y cabello pajizo<br />
y con todo el aspecto inconfundible <strong>de</strong> un agente <strong>de</strong> policía.<br />
-¡Gran Dios, señor <strong>Holmes</strong>! ¡No irá a <strong>de</strong>cir que esto es un problema! -exclamó el<br />
inspector MacDonald levantando las cejas-. A menos que se pregunte por qué se volvió<br />
loco el coronel Warburton.<br />
-¡Bien, bien! -dijo <strong>Holmes</strong> con<strong>de</strong>scendiente-. Supongo que nos permitirá usted entrar,<br />
¿verdad?<br />
-¡Claro que sí y sean bienvenidos! -replicó el joven escocés.<br />
Nos hallábamos en una estancia reducida y <strong>de</strong> techo elevado, la cual aunque provista<br />
<strong>de</strong> cómodos sillones, producía la impresión <strong>de</strong> un museo bárbaro. Sobre una vitrina <strong>de</strong><br />
marfil, y frente a las ventanas, había un objeto extraordinario: la efigie <strong>de</strong> un rostro<br />
humano, moreno y dorado, con dos gran<strong>de</strong>s ojos que <strong>de</strong>bían consistir en alguna piedra<br />
azul dura y reluciente.<br />
-Muy bonito, ¿no es así? -gruñó el joven MacDonald-. Ésta es la “Máscara <strong>de</strong> la<br />
Muerte”, que parece impresionar a los nativos como si fuera un hechizo <strong>de</strong> ultratumba.<br />
El comandante Earnshaw y el capitán <strong>Las</strong>her están ahora en la salita, tratando <strong>de</strong><br />
explicarse esto.<br />
Con gran sorpresa por mi parte, <strong>Holmes</strong> apenas lanzó una ojeada al espantoso ídolo.<br />
95