07.05.2013 Views

Las hazañas de Sherlock Holmes

Las hazañas de Sherlock Holmes

Las hazañas de Sherlock Holmes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-Watson -dijo-, le estoy muy agra<strong>de</strong>cido por su presencia pero aún lo estaría más si<br />

permaneciera callado por lo menos durante las próximas seis horas a no ser que quiera<br />

que le diga algo que lamentaría <strong>de</strong>spués.<br />

Así, silenciosos, incluso durante la cena, permanecimos sentados hasta tar<strong>de</strong> en la<br />

bien cal<strong>de</strong>ada sala. <strong>Holmes</strong> repasaba con aire malhumorado sus registros criminalísticos<br />

y yo me sumí en la lectura <strong>de</strong>l British Medical Journal. Aparte <strong>de</strong>l tic-tac <strong>de</strong>l reloj y el<br />

crepitar <strong>de</strong> los leños en el hogar, no se oía el menor ruido, salvo el ulular <strong>de</strong>l ventarrón<br />

<strong>de</strong> marzo que lanzaba la lluvia contra las ventanas, como puñados <strong>de</strong> perdigones, y<br />

gruñía y aullaba en la chimenea.<br />

-No, no -dijo por fin mi amigo, con acrimonia-. El optimismo es una estupi<strong>de</strong>z. Seguro<br />

que no se me presentará ningún caso. ¿Ha oído? ¿No ha sido la campanilla?<br />

-Sí. La he oído claramente a pesar <strong>de</strong>l viento. Pero ¿quién pue<strong>de</strong> ser?<br />

-Si es un cliente -replicó <strong>Holmes</strong> estirando su largo cuello para lanzar una mirada al<br />

reloj- <strong>de</strong>be <strong>de</strong> tratarse <strong>de</strong> un asunto sumamente serio el que trae a alguien aquí a las dos<br />

<strong>de</strong> la mañana y con este temporal.<br />

Tras el largo rato que tardó la señora Hudson en levantarse <strong>de</strong> la cama e ir a abrir la<br />

puerta <strong>de</strong> la calle, no uno, sino dos clientes fueron conducidos a nuestra estancia. Se<br />

oían sus voces por el pasillo y, a medida que se acercaban, su conversación llegaba<br />

claramente hasta nosotros.<br />

-¡Abuelo, no <strong>de</strong>be usted hacerlo! -<strong>de</strong>cía una voz femenina-. ¡Por última vez, por favor!<br />

¡No querrá que el señor <strong>Holmes</strong> piense que es usted un... -su voz bajó hasta un<br />

murmullo- ...un simple.<br />

-¡No soy ningún simple! -replicó el acompañante <strong>de</strong> la muchacha-. ¡No lo du<strong>de</strong>s, Nellie,<br />

yo vi lo que vi! Habría venido a contárselo ayer mismo por la mañana pero tú no querías<br />

ni oír hablar <strong>de</strong> ello.<br />

-Pero, abuelo, esa Cámara <strong>de</strong> los Horrores es un lugar que pone los pelos <strong>de</strong> punta.<br />

Usted se imaginó aquello, querido abuelo.<br />

-A mis setenta y seis años, no tengo más imaginación -replicó orgullosamente el<br />

anciano- que la que pueda tener una <strong>de</strong> las figuras <strong>de</strong> cera. ¿Imaginármelo yo? ¿Yo que<br />

he sido vigilante nocturno mucho antes <strong>de</strong> que el Museo fuera trasladado adon<strong>de</strong> está<br />

ahora, es <strong>de</strong>cir, cuando aún estaba emplazado precisamente aquí, en la calle Baker?<br />

Los recién llegados hicieron una pausa. El anciano visitante, rechoncho y <strong>de</strong> aspecto<br />

testarudo, con su capote impermeable y polainas <strong>de</strong> pastor sobre sus pantalones, era un<br />

macizo hombre <strong>de</strong> pueblo que lucía una hermosa cabellera blanca. La muchacha<br />

presentaba un aspecto muy diferente. Agraciada y esbelta, <strong>de</strong> pelo rubio y ojos grises<br />

adornados con unas largas pestañas negras, llevaba un sencillo vestido azul con<br />

estrechas chorreras blancas en puños y cuello. Sus modales eran graciosos y tímidos.<br />

Sin embargo, sus <strong>de</strong>licadas manos temblaban. Nos i<strong>de</strong>ntificó a <strong>Holmes</strong> y a mí,<br />

excusándose por la tardía hora <strong>de</strong> la visita.<br />

-Mi... mi nombre es Eleanor Baxter -añadió-, y como han oído, mi pobre abuelo es<br />

vigilante nocturno en la exposición <strong>de</strong> figuras <strong>de</strong> cera <strong>de</strong> madame Taupín, en<br />

Marylebone Road. -Se <strong>de</strong>tuvo sorprendida-. ¡Oh! ¿Qué le ha pasado a su tobillo?<br />

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!