evangelizacion en la iglesia primitiva
evangelizacion en la iglesia primitiva
evangelizacion en la iglesia primitiva
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
138 - LA EVANGELIZACI0N EN LA IGLESIA PRIMITIVA<br />
De <strong>en</strong>tre todos los métodos que utilizaban los cristianos para<br />
aproximarse a los israelitas, el de <strong>la</strong> predicación <strong>en</strong> sinagogas era<br />
el más importante. Allí resultaba posible no sólo <strong>en</strong>contrar a los<br />
judíos sino también a los temerosos de Dios. No es de admirarse,<br />
<strong>en</strong>tonces, que los cristianos fues<strong>en</strong> directam<strong>en</strong>te a <strong>la</strong>s sinagogas<br />
y allí predicas<strong>en</strong> a Jesús como Mesías, conforme a <strong>la</strong>s Escrituras.<br />
Fue <strong>en</strong> <strong>la</strong> sinagoga donde Esteban def<strong>en</strong>dió el mesiazgo de Jesús<br />
tan poderosam<strong>en</strong>te que, aunque «se levantaron unos ...<br />
disputando con Esteban oo, no podían resistir a <strong>la</strong> sabiduría y al<br />
Espíritu con que hab<strong>la</strong>ba» (Hch. 6.9-10). En <strong>la</strong>s sinagogas, Pablo<br />
y Apolos hab<strong>la</strong>ron de tal manera después de convertirse que<br />
confundieron a los judíos al demostrar que Jesús era el Mesías<br />
(Hch. 9.22) y los refutaron públicam<strong>en</strong>te demostrando, mediante<br />
<strong>la</strong>s Escrituras, que el Mesías era Jesús (Hch. 18.28). Leemos<br />
también acerca de los bereanos que recibieron <strong>la</strong> nueva con sumo<br />
interés y escudriñaron <strong>la</strong>s Escrituras diariam<strong>en</strong>te para verificar<br />
si <strong>la</strong>s cosas eran realm<strong>en</strong>te así (Hch. 17.11). El Texto Occid<strong>en</strong>tal<br />
de 18.5 hace esto muy razonable agregando al testimonio de<br />
Pablo <strong>en</strong> cuanto a que el Mesías es Jesús: «Mucho era lo que se<br />
hab<strong>la</strong>ba de <strong>la</strong>s Escrituras e int<strong>en</strong>sa <strong>la</strong> interpretación que de el<strong>la</strong>s<br />
se hacía». Por supuesto que así era. A veces <strong>la</strong> g<strong>en</strong>te volvía <strong>en</strong><br />
gran cantidad a <strong>la</strong> semana sigui<strong>en</strong>te; <strong>en</strong> otras ocasiones se<br />
dedicaban semanas <strong>en</strong>teras a discusiones de esta c<strong>la</strong>se (Hch.<br />
13.44; 28.23ss.). A veces estos coloquios eran corteses y<br />
amistosos. Tal el caso del diálogo de Justino con Trifón, donde el<br />
judío se manifesta a sí mismo como muy agradecido por <strong>la</strong><br />
discusión, habi<strong>en</strong>do <strong>en</strong>contrado <strong>en</strong> el<strong>la</strong> mucho más de lo que<br />
había esperado. Dijo Trifón: «Si pudiéramos hacer esto más<br />
frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, nos ayudaría mucho <strong>en</strong> <strong>la</strong> investigación de <strong>la</strong>s<br />
Escrituras. Pero tú estás ahora <strong>en</strong> vísperas de partir. No dudes <strong>en</strong><br />
consideramos como amigos tuyos cuando te hayas ido.»13 Justino<br />
concluye pres<strong>en</strong>tando nuevam<strong>en</strong>te a Jesús como el Mesías de<br />
Dios y orando para que Trifón llegue a poner su fe <strong>en</strong> aquél.<br />
Sin embargo, a m<strong>en</strong>udo <strong>la</strong>s discusiones ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que haber sido<br />
mucho más agrias que ésta. Según el re<strong>la</strong>to de Hechos, una y otra<br />
vez surgieron disturbios y los misioneros fueron expulsados<br />
LA EVANGELIZACION DE LOS JUDIOS - 139<br />
furiosam<strong>en</strong>te de <strong>la</strong>s sinagogas y/ a veces, hasta apedreados. Ello<br />
da prueba elocu<strong>en</strong>te de <strong>la</strong> naturaleza divisiva de esta<br />
proc<strong>la</strong>mación de Jesús como Mesías <strong>en</strong> <strong>la</strong> situación política del<br />
siglo 1/ particu<strong>la</strong>rm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>la</strong>s décadas que condujeron a <strong>la</strong> Gran<br />
Rebelión de los años 60-70 d.C. Como veremos más ade<strong>la</strong>nte, el<br />
Mesías que predicaban los cristianos no era de manera alguna<br />
del agrado de todos los judíos.<br />
Por supuesto que, no importa adónde fuese llevado el<br />
m<strong>en</strong>saje, siempre había algunos que lo aceptaban. Podía tratarse<br />
de un prosélito visitante, como el eunuco etíope que puso su fe<br />
<strong>en</strong> aquel que había cumplido <strong>la</strong> profecía del Siervo Sufri<strong>en</strong>te;<br />
podían ser los integrantes de un sector de <strong>la</strong> sinagoga corintia,<br />
tan conv<strong>en</strong>cidos por lo que habían escuchado que terminaron<br />
estableci<strong>en</strong>do un local simi<strong>la</strong>r <strong>en</strong> <strong>la</strong> casa contigua. Pero por todas<br />
partes había gozo <strong>en</strong>tre los crey<strong>en</strong>tes; por todas partes se<br />
mostraba el mismo deseo de difundir este m<strong>en</strong>saje del Mesías.<br />
Ocurre exactam<strong>en</strong>te lo mismo cuando, <strong>en</strong> nuestros días, un<br />
judío acepta a Jesús como Mesías. Recuerdo haber hab<strong>la</strong>do <strong>en</strong> el<br />
extranjero con una graduada universitaria muy intelig<strong>en</strong>te que<br />
mostraba interés <strong>en</strong> el cristianismo debido a que sus amigos<br />
parecían «haber logrado algo». Concurrió a una reunión cristiana<br />
familiar y <strong>la</strong> calidad del compañerismo que allí reinaba <strong>la</strong> llevó<br />
a considerar conmigo todo el asunto del cristianismo. Le mostré,<br />
basándome <strong>en</strong> <strong>la</strong>s Escrituras del Antiguo Testam<strong>en</strong>to, con cuánta<br />
exactitud Jesús había cumplido <strong>la</strong>s diversas esperanzas de los<br />
profetas. Creyó y fue bautizada. El padre (un rabino) concurrió<br />
al bautismo, pero desde <strong>en</strong>tonces se ha mant<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> una<br />
oposición irreductible. También concurrió <strong>la</strong> hermana de el<strong>la</strong>,<br />
hoy crey<strong>en</strong>te, aunque el padre no le permite reunirse con ningún<br />
otro cristiano ni frecu<strong>en</strong>tar los cultos. Esta forma de aceptación<br />
y de rechazo d<strong>en</strong>tro de una misma familia ti<strong>en</strong>e que haberse<br />
repetido una y otra vez <strong>en</strong> los días primitivos. Y el celo de esta<br />
amiga mía para alcanzar a otros con <strong>la</strong> bu<strong>en</strong>a nueva que el<strong>la</strong><br />
misma había llegado a aceptar ti<strong>en</strong>e muchas reminisc<strong>en</strong>cias del<br />
re<strong>la</strong>to de Hechos. El<strong>la</strong> está ahora estudiando griego y hebreo, y<br />
ti<strong>en</strong>e el propósito de dedicarse exclusivam<strong>en</strong>te a trabajar <strong>en</strong>tre