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36 Stephen G. Perz • Carlos E. Aramburú • Jason Bremner Cambios poblacionales y uso del suelo<br />
37<br />
Conclusiones<br />
La población y la migración neta constituyen un aspecto clave de la dimensión<br />
demográfica de la deforestación en la cuenca amazónica. Sin embargo<br />
su relación con la deforestación es limitada, debido a ciertas variables tales<br />
como el uso del suelo y otros factores contextuales como las políticas de<br />
desarrollo de fronteras, las cuales influyen en los cambios en la cobertura de<br />
suelos. La deforestación de la Amazonía refleja muchos procesos, que empiezan<br />
con el uso del suelo de los hogares de la región. Este uso refleja cambios<br />
poblacionales locales, que a su vez muestran los cambios económicos<br />
regionales y las políticas nacionales de desarrollo, que responden a circunstancias<br />
políticas y económicas, nacionales y externas (Perz 2001a; Wood 2001).<br />
Estas conclusiones proponen preguntas sobre los aspectos menos estudiados<br />
del cambio del suelo en la Amazonía. Por un lado, se requiere otorgar<br />
mayor atención a los procesos a nivel micro, que influyen de forma más<br />
directa en el uso del suelo y los cambios en el estado del mismo. Después de<br />
todo, la deforestación refleja directamente la decisión de un actor social de<br />
talar árboles. Los demógrafos que estudian temas ambientales como la<br />
deforestación están empezando recién a analizar los procesos de decisión a<br />
nivel de hogares (Perz 2001c). Sin embargo, existen suficientes razones teóricas<br />
para suponer que los procesos demográficos en el ámbito de los hogares<br />
tienen efecto sobre las decisiones de uso del suelo en la Amazonía (Walker y<br />
Homma 1996), y la evidencia empírica existente sugiere que la estructura de<br />
edades de los hogares afecta las decisiones de uso del suelo (Pichón 1997;<br />
Marquette 1998; Perz 2001c). De forma similar, la composición de flujos<br />
migratorios —no solo respecto a si el destino es rural o urbano sino también<br />
a su composición por edad y sexo— probablemente afecta las decisiones de<br />
uso del suelo en zonas de nuevos asentamientos (Marquette 1998).<br />
Existe la necesidad de ir más allá de la deforestación y considerar otros<br />
aspectos relacionados con el cambio de uso del suelo. Los análisis sobre la<br />
deforestación tienden a pasar por alto la fragmentación de los bosques,<br />
concentrándose en el total de área deforestada en vez de hacerlo en la<br />
geometría y la distribución espacial de los claros, lo cual tiene efectos importantes<br />
en el ecosistema (Skole y Tucker 1993; Schelhas y Greenberg 1996).<br />
Igualmente, los distintos análisis de la deforestación tampoco toman en cuenta<br />
el empobrecimiento de los bosques, resultado de la extracción de madera, ni<br />
la resultante amenaza de incendios forestales incontrolables en la Amazonía<br />
(Nepstad et al. 1999). Un área que está obteniendo más atención es el crecimiento<br />
secundario; es decir, el crecimiento de vegetación que ocurre en las<br />
áreas taladas si éstas son abandonadas: la vegetación secundaria cubre gran<br />
parte del área deforestada en la Amazonía (Scatena et al. 1996; Fujisaka y<br />
White 1998; Walker, 1999; Coomes et al. 2000). Finalmente, existe poca<br />
investigación sobre qué tipos de uso del suelo se practican en qué áreas y<br />
proporciones (Perz 2001c), y los sistemas de cultivo adoptados por los hogares<br />
que cuentan con cierto poder de capital y mano de obra (Walker et al. 2002).<br />
Las discusiones actuales se centran en las políticas propuestas recientemente<br />
para mejorar el manejo de recursos y mantener poblaciones en la<br />
Amazonía. Un tema recurrente, en cuanto a política se refiere, es la necesidad<br />
de una presencia más activa del Estado. En zonas de Brasil y la Amazonía<br />
boliviana, los respectivos gobiernos han adoptado una zonificación<br />
“agroecológica” para el uso del suelo (Kaimowitz et al. 1999a, Mahar 2000):<br />
algunas agencias estatales identifican qué áreas son adecuadas para la agricultura,<br />
los trabajos forestales o la preservación de bosques, basándose en la<br />
precipitación, la biodiversidad, la calidad del suelo y la cercanía a puntos<br />
comerciales, para enfocar el uso de recursos en lugares adecuados (Chomitz<br />
y Thomas 2000; Schneider et al. 2000). Existen nuevos proyectos, relacionados<br />
con los planes de zonificación, para desarrollar nuevas carreteras y créditos<br />
estatales basados en los mismos factores comerciales y biofísicos (Schneider<br />
et al. 2000, Laurance et al. 2001). Igualmente, hay una preocupación, relacionada<br />
con la zonificación, sobre la seguridad en la demarcación de tierras<br />
de indígenas y los derechos de propiedad, considerando que ambos han<br />
sido vistos como medios para resolver conflictos sobre territorio y reducir la<br />
“explotación de recursos” que ocurre luego de la deforestación (Van Cott<br />
1994; Schneider 1995; Schwartzman et al. 1996; Alston et al. 1999).<br />
Otro tema recurrente en cuanto a la formulación de políticas es el aumento<br />
de la participación de la población al momento de formular políticas, y el<br />
incremento de la atención a las comunidades y a los pequeños productores<br />
rurales. Los planes de desarrollo forestal de Bolivia para 1996 fueron delegados<br />
a las administraciones locales (Kaimowitz et al. 1998). Algunos analistas<br />
reclaman más concesiones madereras basadas en volumen y no en territorio,<br />
así como paquetes de incentivos para los pequeños agricultores que produzcan<br />
más por hectárea (Kaimowitz et al. 1999). Existen también demandas de<br />
apoyo a sistemas agroforestales para pequeñas granjas, que ayuden a diversificar<br />
el ingreso y mantener más adecuadamente los bosques, en comparación<br />
con la práctica de la agricultura tradicional (Vosti et al. 1998; Browder y Pedlowski<br />
2000). En años recientes, “la comunidad” ha surgido como un factor clave para<br />
el desarrollo rural y la conservación de recursos (Agarwal y Gibson 1999). Las<br />
comunidades y organizaciones locales pueden servir como conductos bilate-