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124 Eduardo Bedoya Garland Cocaleros: estrategias productivas y riesgo<br />
125<br />
este caso también se constata una fuerte dispersión, dado que la desviación<br />
estándar es de 12.53 años. La mayoría de los encuestados migró con sus<br />
padres durante los años setenta y ochenta, y luego se independizaron.<br />
En la encuesta aplicada por Winrock (2001) se constata que en las 120<br />
familias (100%) encuestadas —de cocaleros y no cocaleros—, el jefe de familia,<br />
hombre o mujer, tiene como actividad principal las labores agrícolas al<br />
interior de la unidad familiar 6 . Igualmente, 91% de los otros miembros del<br />
hogar en edad productiva afirman que la agricultura de la empresa familiar<br />
constituye la principal labor productiva. Es decir, el trabajo no remunerado en<br />
el predio familiar es su principal actividad económica. Aunque los miembros<br />
familiares en su mayoría son estudiantes que alternan periódicamente los<br />
estudios con la empresa familiar, este grupo conforma una importante reserva<br />
permanente de mano de obra para las actividades productivas del predio<br />
familiar. Seguidamente, las actividades comerciales conforman la principal<br />
actividad para 5% de los indicados miembros, y otras actividades relacionadas<br />
con el sector servicios representan porcentajes que no alcanzan el 1 ó 2%.<br />
Sin embargo, según el estudio de Winrock (2001) en el VRAE, las tendencias<br />
son un tanto diferentes entre los miembros familiares. De acuerdo<br />
con los datos recopilados, 37% de los miembros familiares trabajan como<br />
asalariados en otros predios de la zona. No obstante, dicho porcentaje es<br />
significativamente más alto entre los no cocaleros (ver cuadro 1). Aproximadamente<br />
dos tercios de los familiares de los no cocaleros (68.33%) trabajan<br />
como asalariados en parcelas de los vecinos o en otras zonas de la región,<br />
mientras que un cuarto (24%) de los familiares de los cocaleros laboran como<br />
asalariados, principalmente para los vecinos.<br />
En términos generales, dichas tendencias son igualmente similares a las<br />
comprobadas en estudios anteriores en la zona del Huallaga (Bedoya 1999;<br />
Bedoya y Verdera 1987; Aramburú 1982). Esto resulta lógico en la medida<br />
en que la coca es un cultivo rentable que posibilita que los familiares de los<br />
cocaleros sean retenidos en los predios, mientras que los cultivos legales de<br />
los no cocaleros no ofrecen suficientes incentivos económicos a los familiares<br />
para trabajar exclusivamente en las parcelas de sus padres (ver cuadro 1).<br />
Cabe resaltar que ningún jefe de familia declaró trabajar como jornalero<br />
o asalariado fuera de la unidad familiar, inclusive entre los campesinos no<br />
cocaleros. Dicha tendencia refleja que los agricultores de la región poseen<br />
6. Las actividades pecuarias, tales como el cuidado de animales menores, son bastante<br />
secundarias en términos de inversión de tiempo o generación de ingresos monetarios.<br />
Cuadro 1<br />
Número de miembros del hogar que trabajaron como jornaleros para<br />
otros agricultores en la region del VRAE<br />
Familiares que trabajan Número de trabajadores familiares y porcentaje<br />
como asalariados respecto al total de trabajadores familiares<br />
Cocaleros 32 (23.52%) 136 (100%)<br />
No cocaleros 41 (68.33%) 160 (100%)<br />
Total 73 (37.24%) 196 (100%)<br />
Fuente: Winrock 2001.<br />
una relativa disponibilidad de tierras, en comparación con productores ubicados<br />
en otras regiones del país, a pesar de que los recursos no son cuantiosos<br />
ni ilimitados. Esto permite a los jefes de familia, hombres y mujeres, concentrarse<br />
en su parcela. Por otro lado, la situación económica regional y nacional,<br />
profundamente recesiva, y la debilidad e inestabilidad de los mercados<br />
laborales extrarregionales, no constituyen incentivos para que los productores<br />
regionales abandonen fácilmente sus tierras, en busca de otros trabajos.<br />
Lógicamente, la coca conforma un fuerte atractivo para que los agricultores<br />
regionales permanezcan en sus parcelas y mantengan la actividad agrícola<br />
como su principal labor productiva. Cabe indicar que, según el estudio de<br />
Winrock (2001), 69% de los ingresos monetarios proviene de la agricultura.<br />
Uno de los más serios problemas o cuellos de botella que afectan la<br />
economía rural de la zona es la relativa escasez de mano de obra regional.<br />
Esta dificultad no es una limitación de carácter demográfico sino fundamentalmente<br />
económico. Es decir, se relaciona con el precio del jornal que los<br />
productores cocaleros estén dispuestos a pagar, dada la relativamente alta<br />
rentabilidad del cultivo de la coca. En este sentido, el déficit de fuerza de<br />
trabajo es resultado de la expansión de la economía cocalera de la región.<br />
Dicha expansión ha provocado una reasignación de los recursos naturales,<br />
humanos y financieros —informales— hacia la actividad cocalera, destinada<br />
al comercio de estupefacientes. El referido déficit, según la encuesta, alcanza<br />
a tres cuartos de los productores. Dicha escasez afecta a todos los productores<br />
de la zona, tanto no cocaleros como cocaleros. No obstante, son los no<br />
cocaleros quienes más sufren este cuello de botella. Mientras que 100% de<br />
los agricultores cocaleros contratan asalariados para el conjunto de las labores<br />
agrícolas, únicamente 32% de los productores sin coca recurren a dicha