14.05.2013 Views

La tristeza voluptuosa de Pedro César Dominici Índice - Interlectores

La tristeza voluptuosa de Pedro César Dominici Índice - Interlectores

La tristeza voluptuosa de Pedro César Dominici Índice - Interlectores

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

www.interlectores.com Tapa | Indice<br />

24 <strong>La</strong> <strong>tristeza</strong> <strong>voluptuosa</strong> <strong>de</strong> <strong>Pedro</strong> <strong>César</strong> <strong>Dominici</strong><br />

caballos mansos y andariegos por un muchacho al<strong>de</strong>ano, <strong>de</strong> tez<br />

rosada, vestido <strong>de</strong> dril, y que daba vueltas entre las manos a su<br />

cachucha, mirando <strong>de</strong> tiempo en tiempo hacia la quinta que<br />

mostraba sus ventanas sin balaustres, coronadas <strong>de</strong> enreda<strong>de</strong>ras,<br />

en el fondo <strong>de</strong>l jardín.<br />

En el confín <strong>de</strong>l oquedal aparecía un sol <strong>de</strong> otoño, gran<strong>de</strong> y<br />

redondo, con una luz fortísima que dañaba la vista, y al<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r las gradas <strong>de</strong> piedra <strong>de</strong> la entrada, Marieta lo mostraba<br />

a sus compañeros con aire <strong>de</strong> triunfo, mientras prendía claveles<br />

en los negros cabellos <strong>de</strong> Luciana y metía entre los ojales <strong>de</strong> su<br />

corpiño botones fragantes <strong>de</strong> rosas amarillas. Montaron en los<br />

coches, tomando ellas las riendas, nerviosas y complacidas, y<br />

balanceando ellos las fustas para amenazar a los caballos, que<br />

cogieron, como conocedores <strong>de</strong>l terreno, el sen<strong>de</strong>ro más ancho a<br />

la entrada <strong>de</strong>l bosque, <strong>de</strong>jando atrás un surco continuo <strong>de</strong> las<br />

ruedas sobre la tierra recién húmeda, y en el aire el sonido<br />

armonioso <strong>de</strong> los cascabeles que se perdía poco a poco en el<br />

ambiente sereno <strong>de</strong> la campiña.<br />

Al llegar a la arboleda <strong>de</strong>l centro, en don<strong>de</strong> los álamos se<br />

yerguen majestuosos, y el camino sigue siempre plano,<br />

principiaron las bromas, alabando cada pareja su caballo como<br />

más brioso y más veloz, y picándose el amor propio, hasta que se<br />

cruzaron apuestas, fatigando las pobres bestias, no<br />

acostumbradas a semejantes atropellos, que corrían empapadas<br />

echando espuma, castigadas por el golpe incesante <strong>de</strong>l látigo,<br />

entre los gritos coléricos que daba Marieta al sentirse <strong>de</strong>rrotada y<br />

las angustias <strong>de</strong> Luciana, que temía volcarse con los saltos <strong>de</strong>l<br />

cabriolé.<br />

Ejemplar <strong>de</strong> cortesía gratis para lectura y uso personal<br />

Detuviéronse al fin en la granja que hacía <strong>de</strong> límite al bosque, y<br />

agasajados por los dueños, resolvieron quedarse allí a almorzar.<br />

Sobre un árbol corpulento, a gran altura, había sido construido,<br />

como una enorme casa <strong>de</strong> palomas, un piso sólido y seguro, en<br />

don<strong>de</strong> preferían comer los visitantes, con una mesa para seis<br />

personas, sillas, un espejo, y hasta colgadores formados con<br />

cabezas <strong>de</strong> ciervos.<br />

Subíase por una empinada escalera en espiral, presentándose un<br />

panorama sorpren<strong>de</strong>nte: el Marne con sus aguas muertas, se<br />

movía muy lejos, apenas envuelto en una luz glauca, reflejo <strong>de</strong> la<br />

verdura <strong>de</strong> los árboles, y <strong>de</strong> cada orilla, extendíase una fila <strong>de</strong><br />

pueblos paralelos, construidos todos <strong>de</strong>l mismo modo, con sus<br />

casas rojas y sus torres cónicas, entre inmensas planicies<br />

cultivadas, y rectas rayas <strong>de</strong> humo negro que <strong>de</strong> trecho en trecho<br />

brotaban <strong>de</strong> algunas chimeneas contrastando con el fondo azul<br />

<strong>de</strong>l cielo y con el vaho blanquecino que, como aliento <strong>de</strong> las<br />

poblaciones, flotaba sutilmente sobre cada al<strong>de</strong>a.<br />

Después <strong>de</strong>l almuerzo, entre los últimos vasos <strong>de</strong> licor, hubo<br />

besos y risas, ternezas <strong>de</strong> corazones jóvenes, en medio a la<br />

purificante libertad <strong>de</strong>l campo, sobre la elevada copa <strong>de</strong> un viejo<br />

roble. Al regresar en los birlochos <strong>de</strong>rrengados, no hubo apuestas<br />

ni carreras, los caballos marchaban a su antojo con su pequeño<br />

trote <strong>de</strong> bestias <strong>de</strong> alquiler. Los hombres guiaban y ellas con las<br />

pupilas brillantes, recostadas sobre los hombros <strong>de</strong> sus amigos,<br />

regando distraídas flores silvestres sobre el suelo, entraron a<br />

casa, borrachas <strong>de</strong> sol y <strong>de</strong> amor.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!