14.05.2013 Views

La tristeza voluptuosa de Pedro César Dominici Índice - Interlectores

La tristeza voluptuosa de Pedro César Dominici Índice - Interlectores

La tristeza voluptuosa de Pedro César Dominici Índice - Interlectores

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

www.interlectores.com Tapa | Indice<br />

73 <strong>La</strong> <strong>tristeza</strong> <strong>voluptuosa</strong> <strong>de</strong> <strong>Pedro</strong> <strong>César</strong> <strong>Dominici</strong><br />

placeres <strong>de</strong>sconocidos, y que <strong>de</strong>l cerebro, como <strong>de</strong> un arca<br />

misteriosa, pue<strong>de</strong>n extraerse cada día nuevas sensaciones. Pero tú<br />

has aceptado sin curiosidad todo lo que encontraste, y has hecho<br />

como los <strong>de</strong>más. Por ahorrar tus fuerzas, por economizar tus<br />

sensaciones, regresas a la Nada como si jamás hubieses salido <strong>de</strong><br />

ella. Es verdad que te vuelves ya viejo, ¿pero qué has ganado con<br />

eso? <strong>La</strong> vida no la constituye el mayor tiempo que el corazón lata<br />

o que la sangre corra por las venas, sino la manera como hayan<br />

vibrado tus células y <strong>de</strong> qué modo ha corrido tu sangre. En diez<br />

años <strong>de</strong> existencia se pue<strong>de</strong> vivir más <strong>de</strong> cien. ¿Qué sabes tú <strong>de</strong><br />

la vida, anciano? Apenas has conocido el amor, y, ni has<br />

acariciado la Belleza, ni has sabido compren<strong>de</strong>r el Arte. No has<br />

sido sensual, y no has sido artista, luego no has vivido más que<br />

yo, que he <strong>de</strong> morir a la mitad <strong>de</strong> tu edad.<br />

«<strong>La</strong>s almas no son iguales, como los colores poseen diferentes<br />

tonos, como los ojos, no se encuentran semejantes en distintos<br />

rostros. ¿Por qué, pues, has <strong>de</strong> juzgar mi alma a través <strong>de</strong> la tuya<br />

cuando son tan diferentes una <strong>de</strong> otra, como las diversas copias<br />

<strong>de</strong> una obra maestra? El <strong>de</strong>seo y la felicidad viven en todos<br />

nosotros bajo formas distintas, las angustias no son iguales,<br />

aunque sean producidas por la misma causa. No encontrarás en la<br />

naturaleza dos rosas exactamente iguales, y aun las dos manos <strong>de</strong><br />

un mismo cuerpo se diferencian <strong>de</strong> tal modo con el <strong>de</strong>sarrollo,<br />

que al presentártelas separadas no equivocarías la <strong>de</strong>recha con la<br />

izquierda. Pues bien, en el interior <strong>de</strong> los hombres la diferencia<br />

es todavía mucho mayor, una misma impresión se refleja en las<br />

almas <strong>de</strong> tan diversos modos, que si pudiéramos marcarla con<br />

líneas, resultarían un infinito número <strong>de</strong> curvas, teniendo apenas<br />

algunos puntos <strong>de</strong> contacto. ¿Crees tú, acaso, que al escuchar la<br />

música la impresión es la misma para todos? ¿Crees tú, acaso,<br />

que al contemplar ese azul <strong>de</strong>l cielo lo vemos todos con la misma<br />

Ejemplar <strong>de</strong> cortesía gratis para lectura y uso personal<br />

intensidad? <strong>La</strong>s almas son todas diferentes, si no en la esencia,<br />

por lo menos en la manera <strong>de</strong> sentir y <strong>de</strong> vibrar, sigue una ley<br />

misteriosa, y a nosotros no nos toca sino obe<strong>de</strong>cer al Enigma que<br />

nos gobierna y nos acompaña, sin hacer alar<strong>de</strong>s ridículos <strong>de</strong><br />

libertad <strong>de</strong> acción ni <strong>de</strong> libre albedrío».<br />

En el alma quejumbrosa <strong>de</strong> Eduardo Doria vivía como un reptil<br />

en un antro la implacable <strong>de</strong>cepción. En su cerebro vacilaban las<br />

i<strong>de</strong>as como las olas en el mar, y un inexplicable temor al<br />

sufrimiento germinaba en aquel ser extraño que no había podido<br />

compren<strong>de</strong>r la vida, y que experimentaba la inmensa<br />

<strong>de</strong>sesperación <strong>de</strong> haber nacido. Desesperábase al observar la<br />

indiferencia con que las funciones vitales cumplían sus actos, y<br />

enfurecíase al ver cómo los hombres aceptaban todo aquello sin<br />

el menor gesto <strong>de</strong> protesta, conformándose con la triste suerte<br />

que les estaba reservada, como los más insignificantes objetos,<br />

como simples cosas que no tuviesen razón <strong>de</strong> existir. ¿Cómo es<br />

posible que tantos millones <strong>de</strong> seres no protesten contra la vida, y<br />

la toleren con una conformidad singular, casi con alegría, como<br />

sin conciencia <strong>de</strong> lo que son ni <strong>de</strong> lo que han <strong>de</strong> ser? Una<br />

disciplina heredada los guía, como al pobre soldado que va a<br />

luchar sin saber el por qué <strong>de</strong> tal guerra, confundiendo, en su<br />

ignorancia, la necesidad con la justicia, el temor al castigo con el<br />

heroísmo.<br />

Y en su ira secreta por el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> la humanidad, i<strong>de</strong>as negras<br />

le asaltaban, y entonces alejábase por algunas semanas <strong>de</strong> la gran<br />

ciudad, abandonando precipitadamente, como en una fuga, sus<br />

amigos y sus compañeros <strong>de</strong> placer, aislándose en el campo<br />

solitario, <strong>de</strong>seando sinceramente encontrar la calma y la salud<br />

para su espíritu, en medio <strong>de</strong> las montañas cortadas a pique, entre<br />

los bosques silenciosos, con el contacto <strong>de</strong> las sencillas gentes

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!