14.05.2013 Views

La tristeza voluptuosa de Pedro César Dominici Índice - Interlectores

La tristeza voluptuosa de Pedro César Dominici Índice - Interlectores

La tristeza voluptuosa de Pedro César Dominici Índice - Interlectores

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

www.interlectores.com Tapa | Indice<br />

81 <strong>La</strong> <strong>tristeza</strong> <strong>voluptuosa</strong> <strong>de</strong> <strong>Pedro</strong> <strong>César</strong> <strong>Dominici</strong><br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñosamente la mise en scéne <strong>de</strong> la Comedia <strong>de</strong> la Fe: los<br />

templos fabricados con oro y mármol, <strong>de</strong>corados con esculturas y<br />

telas maestras; el olor sugestivo <strong>de</strong>l incienso, el tañido doliente<br />

<strong>de</strong> la campana; y la música, esas sinfonías <strong>de</strong> los oratorios que<br />

han hecho la gloria <strong>de</strong> Palestrina y <strong>de</strong> Bach, y que invitan a soñar<br />

con cosas lejanas, dominando las almas por su lado vulnerable,<br />

por esa ten<strong>de</strong>ncia a la meditación y a la <strong>tristeza</strong> que existe en<br />

todos nosotros, y que en el fondo sólo es la inconformidad con la<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la muerte, una forma religiosa <strong>de</strong>l escepticismo<br />

¡Como había cambiado su alma! Él, que años atrás había<br />

acariciado con placer la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la muerte, creyendo que la vida<br />

no tenía objeto, y negándose a tomarla como un pasatiempo, sin<br />

resignarse al vacío intelectual por la falta <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ales, había al fin<br />

encontrado una manera <strong>de</strong> luchar y <strong>de</strong> ser útil, y consi<strong>de</strong>rábase<br />

feliz <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r contribuir en algo a poner las bases <strong>de</strong> la sociedad<br />

futura. Su plan era noble y gran<strong>de</strong>, regresar a la América <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber concluido <strong>de</strong> nutrir su cerebro con todos los manjares<br />

<strong>de</strong>l París intelectual, y trabajar por la cultura <strong>de</strong> su país, no ya<br />

con sus libros, sino personalmente, creándose un círculo que lo<br />

ayudase y lo siguiese en la gran obra. Y veíase como el elegido<br />

para implantar las reformas políticas y sociales <strong>de</strong> su país,<br />

pensando sin <strong>de</strong>scanso en todo lo que podía hacerse <strong>de</strong> aquella<br />

América, noble y llena <strong>de</strong> energías, en don<strong>de</strong> existe la más clara<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia y <strong>de</strong> la igualdad, en don<strong>de</strong> el pueblo no<br />

conoce sino crímenes pasionales, celos <strong>de</strong> enamorados y<br />

tragedias <strong>de</strong> amores, en don<strong>de</strong> se consi<strong>de</strong>ra una cobardía arrojar a<br />

escondidas una bomba, para hacer saltar al primero que pase,<br />

mujer, niño o anciano. <strong>La</strong> principal tarea consistía en abolir el<br />

personalismo, en obligar al pueblo a luchar por i<strong>de</strong>as y<br />

principios, no por hombres ni empleos; en hacer compren<strong>de</strong>r a<br />

Ejemplar <strong>de</strong> cortesía gratis para lectura y uso personal<br />

los gobernantes que ellos representan los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l pueblo, y<br />

que el or<strong>de</strong>n y la honra<strong>de</strong>z son los más preciados adornos <strong>de</strong> un<br />

magistrado. ¡Oh! Todos aquellos vastos campos poblados, y la<br />

tierra engendrando y esparciendo por medio <strong>de</strong>l trabajo sus<br />

riquezas inagotables, sin que nadie conociera el hambre ni la<br />

miseria. Y aquel futuro reformador soñaba días enteros con la<br />

gloria <strong>de</strong> la iniciativa, mirándose algo así como un provi<strong>de</strong>ncial,<br />

que aguardaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el refinado centro en que vivía, la hora <strong>de</strong> la<br />

prueba.<br />

Hacía ya más <strong>de</strong> un año que se había casado civilmente, y<br />

aunque esto no había cambiado en nada su manera <strong>de</strong> vivir y <strong>de</strong><br />

pensar, estaba contento <strong>de</strong> legitimar ante la sociedad su unión y<br />

el nombre <strong>de</strong> su hijo, ¿Y por qué no? Luciana había llegado pura<br />

a sus brazos, y se había conservado honrada y digna <strong>de</strong> todos los<br />

sacrificios. Era ella quien lo había reconfortado y sostenido en<br />

sus momentos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconsuelo, quien lo había hecho amar y<br />

compren<strong>de</strong>r la vida. Y aunque ella no le habló nunca <strong>de</strong> su<br />

matrimonio, creyendo que su amor se rebajaría con cualquiera<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> interés, él, en ciertos momentos <strong>de</strong> confi<strong>de</strong>ncias en que le<br />

hablaba <strong>de</strong>l porvenir y <strong>de</strong> sus proyectos humanitarios, creía leer<br />

un reproche muy disimulado en los gran<strong>de</strong>s ojos negros y severos<br />

<strong>de</strong> su amiga, como si lo tratase <strong>de</strong> ingrato y <strong>de</strong> egoísta. Por fin<br />

una mañana participóle su <strong>de</strong>cisión, y ambos se fueron a<br />

escondidas a la alcaldía, él, sereno y satisfecho, ella, nerviosa y<br />

bella, sin po<strong>de</strong>r ocultar su alegría. Y en nada cambiaron sus<br />

almas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la ceremonia. Sus amores conservaban el<br />

perfume voluptuoso <strong>de</strong> sus primeros tiempos, cuando se daban<br />

besos silenciosos a la salida <strong>de</strong>l Louvre, temiendo ser<br />

sorprendidos, al caer la noche con su infinito manto <strong>de</strong> sombras<br />

sobre la gran ciudad; cuando vagaban cogidos <strong>de</strong> la mano en las<br />

Tullerías, protegidos por los árboles, entre las estatuas <strong>de</strong>snudas

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!