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La tristeza voluptuosa de Pedro César Dominici Índice - Interlectores

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www.interlectores.com Tapa | Indice<br />

7<br />

Ejemplar <strong>de</strong> cortesía gratis para lectura y uso personal<br />

<strong>La</strong> <strong>tristeza</strong> <strong>voluptuosa</strong> <strong>de</strong> <strong>Pedro</strong> <strong>César</strong> <strong>Dominici</strong><br />

Primera parte - Capítulo II<br />

«...A<strong>de</strong>lante...» Don Diego Hernán<strong>de</strong>z empujó la puerta y entró<br />

al cuarto. Correctamente vestido, con un largo sobretodo marrón,<br />

sombrero <strong>de</strong> copa, y guantes, el compañero <strong>de</strong> viaje <strong>de</strong> Eduardo<br />

Doria tenía el aspecto <strong>de</strong> un viejo parisiense acostumbrado a las<br />

comodida<strong>de</strong>s y a la vida <strong>de</strong> gentilhombre. En efecto, era la<br />

décima vez que visitaba París, y ya se había habituado a venir<br />

todos los años a pasar los meses <strong>de</strong> la primavera, y a tomar,<br />

como él <strong>de</strong>cía, fuerzas para gastarlas en América. Había pasado<br />

su juventud trabajando en el comercio, y a los cincuenta años se<br />

había retirado <strong>de</strong> los negocios, <strong>de</strong>jando a su yerno encargado <strong>de</strong><br />

la casa, que, como siempre, tenía buenas entradas. Su firma era<br />

<strong>de</strong> las más respetadas en la Bolsa, y una vez el Gobierno <strong>de</strong> su<br />

país, para salir <strong>de</strong> una crisis económica, le ofreció la cartera <strong>de</strong><br />

Hacienda. Hombre práctico y perspicaz, comprendió muy pronto<br />

el juego <strong>de</strong>l Gobierno, que quería abrirse créditos e inspirar<br />

confianza con semejante nombramiento, y renunció el cargo un<br />

mes <strong>de</strong>spués, sin pedir ni dar explicaciones. Sin embargo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

entonces tenía un poco la manía <strong>de</strong> la política, e interiormente,<br />

aunque él no se lo <strong>de</strong>jaba adivinar, <strong>de</strong>seaba volver a ser Ministro,<br />

Gobernador o algo <strong>de</strong> importancia. Esperando que llegase el<br />

momento, se había hecho escribir un opúsculo: Estudio<br />

comparativo <strong>de</strong> nuestras finanzas, en don<strong>de</strong>, entre otras cosas,<br />

sostenía que el tesoro <strong>de</strong>bía manejarse en arca <strong>de</strong> cristal, y que la

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