Boletin A.U.L.I. Nº 44-45 - Trapolandia
Boletin A.U.L.I. Nº 44-45 - Trapolandia
Boletin A.U.L.I. Nº 44-45 - Trapolandia
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
28<br />
de unos colores que nadie había visto antes:<br />
el movedizo, el tembloroso, el saltimbanqui,<br />
el explosivo, el contagioso, el escalofriante y<br />
el vaporoso.<br />
El movedizo parecía gris, pero al poco<br />
rato, y sin que uno pudiera darse cuenta, iba<br />
tomando matices más brillantes o más oscuros.<br />
No había manera de predecir hacia donde se<br />
iba a mover aquel color. Lo único seguro es<br />
que no permanecería mucho tiempo como al<br />
principio.<br />
El tembloroso tampoco tenía un matiz<br />
preciso. Más bien tomaba el color de lo que<br />
uno dibujaba: amarillo si era un sol, rojo si era<br />
un tomate, negro si era un túnel. Pero Ertico<br />
siempre sabía cuando había utilizado el color<br />
tembloroso porque cualquier cosa que hubiera<br />
dibujado se ponía enseguida a temblequear.<br />
El saltimbanqui tenía un tinte fijo, entre<br />
rojo, verde y amarillo, pero saltaba de su sitio<br />
constantemente. Cuando lo usaba, Ertico sabía<br />
que en su dibujo habría círculos, líneas y<br />
manchas (entre rojo, verde y amarillo) que se<br />
pasearían descaradamente por toda la hoja.<br />
El explosivo y el contagioso se asemejaban<br />
mucho al saltimbanqui, pero con el primero<br />
solo conseguía uno dibujar estrellas que, en<br />
cuanto se secaban, estallaban con chispas doradas<br />
y dejaban el papel cubierto de sonrisas<br />
chamuscadas. El contagioso se quedaba tranquilito<br />
mientras uno lo estuviese mirando, pero<br />
al cabo de unos días había teñido con su color<br />
plateado–celeste todo cuanto le quedaba cerca<br />
en la hoja ¡y a veces hasta fuera de ella!<br />
El color más extraño de la acuarela era el<br />
escalofriante. Ertico nunca lo usaba de noche<br />
porque después tenía pesadillas. Con aquel<br />
color, uno podía dibujar la cosa más inocente<br />
del mundo: una mariposa, un acordeón o una<br />
oveja... que enseguida se transformaba en un<br />
espanto armado de colmillos, verrugas supurantes<br />
y ojillos malignos.<br />
Una vez a Ertico se le ocurrió dibujar con<br />
escalofriante al malo de un dibujo animado, y<br />
aquello se puso a rugir y a apestar de tal manera<br />
que Ertico tuvo que echar inmediatamente el<br />
dibujo al fuego.<br />
Y hablando de fuego… ¡llamas parecía<br />
haber siempre debajo del color vaporoso! Y no<br />
porque fuera de un carmín encendido o de un<br />
naranja crepitante, sino porque se evaporaba<br />
rápidamente del papel y llenaba la habitación<br />
de nubecillas tornasoladas.<br />
Este era uno de los colores preferidos de<br />
Ertico porque en la oscuridad de la noche las<br />
nubecillas despedían una claridad tenue y<br />
tranquilizadora. Debía ser por eso que en la<br />
antiquísima caja de acuarelas de la abuela, ese<br />
color estaba al lado del escalofriante.<br />
Ocupado como estaba con su maravillosa<br />
caja de acuarelas, Ertico tardó en darse cuenta<br />
de que su abuela siempre salía triste del cuarto<br />
de los juguetes y los recuerdos.<br />
Es que los juguetes habían desaparecido<br />
y los recuerdos que quedaban no parecían ser<br />
los más alegres.<br />
Es por eso que una mañana, temprano,<br />
cuando la abuela todavía no se había levantado,<br />
Ertico entró a hurtadillas en el cuarto de los<br />
recuerdos y dibujó besos, flores, corazones,<br />
estrellas y pajaritos cantores en todas las<br />
gavetas que parecían vacías. Utilizó para esto<br />
mucho vaporoso, mucho saltimbanqui y un<br />
color nuevo que inventó él mismo mezclando<br />
todos los de la antigua acuarela (menos el<br />
escalofriante).<br />
Ese día la abuela se pasó horas y horas en el<br />
cuarto de los recuerdos, y cuando salió estaba<br />
sonriente y feliz como una enamorada.<br />
*Cedido por el autor, es parte de Ertico y<br />
el amigo misterioso, en proceso editorial por<br />
SM. Madrid.